Los asesinatos de policías en México se agravan con la muerte esta semana de seis agentes en el municipio de Calera, Zacatecas, uno de los puntos rojos del mapa de la violencia en el país, con lo que suman 302 sólo en este año.

Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el poder el 1 de diciembre de 2018, se contabilizan 1,717 muertes de uniformados, lo que da un promedio de más de un agente victimado cada 24 horas.

El caso más reciente tuvo lugar cuando un grupo criminal mató el miércoles al dispararles con armas de alto poder a 6 policías municipales, entre ellos el director Rafael González, en Calera, a 27 kilómetros de Zacatecas.

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En esa entidad federativa han sido asesinados al menos 38 agentes en este año, según la organización Causa en Común, sobre todo en Calera, y los municipios de Fresnillo, Guadalupe, Sombrerete, Zacatecas y Luis Moya. De acuerdo con la ONG, casi la mitad de los asesinatos de agentes (810) son municipales, un poco menos (549 estatales) y 98 federales. Los estados que concentran la mayor cantidad de asesinatos de policías son Guanajuato, donde predomina el robo de combustible y los secuestros, México y Chihuahua.

“Los policías en México trabajan en condiciones cada vez más precarias, al tiempo que la violencia extrema se arraiga en todo el país”, indicó la entidad.

Un estudio titulado “¿Qué piensa la policía?” y elaborado por la organización entre más de 5,000 uniformados en todo el país, arrojó que la mayoría labora turnos extenuantes de 24 horas o más, carecen de sueldos y prestaciones adecuados y no cuentan con equipamiento ni capacitación suficientes.

Además, “en algunos casos, deben soportar tratos denigrantes, discriminación, violencia al interior de sus corporaciones y, a esto se suma, la falta de respeto por parte de la ciudadanía”, afirma.

Según el estudio, 40% de los elementos considera que su salud sí se ve afectada por su trabajo con padecimientos frecuentes como “aumento o disminución de peso, irritabilidad, insomnio, ansiedad, nerviosismo y fatiga crónica”.

A causa de las precarias condiciones laborales, se han contabilizan al menos 129 paros o manifestaciones de policías durante la gestión de López Obrador.

Los autores del informe proponen para mejorar el desempeño de los elementos policiacos la realización de un censo nacional y la definición del “estado de fuerza que se requiere en cada estado de acuerdo con la problemática delictiva”.

Además, abogaron por una mayor coordinación entre las instancias federales, estatales y municipales, y la creación de “mecanismos de mando único”.

El Censo Nacional de Seguridad Pública Estatal 2021, presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señala que la cantidad de personal adscrito a las instituciones de seguridad pública en los 32 estados del país asciende a 225, 544, una reducción de 2.6% respecto a 2020.

Del total del personal en corporaciones policiacas de los estados, 44,9% percibió ingresos mensuales brutos de 10.001 a 15.000 pesos (entre 500 y 750 dólares) y sólo 74% cuenta con seguro de vida, 53% fondo para el retiro y 39% servicios médicos.

Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), considera que “es posible fortalecer a las policías locales, aún a pesar del gobierno federal, pero es una situación muy difícil porque la construcción de policías no es un asunto sencillo”.

“Lo primero que hay que hacer es limpiar instituciones, lo que significa investigar si todas las personas que trabajan en una corporación tienen los elementos básicos para poder hacerlo, tanto en términos de formación, integridad, salud, competencias, entre otros”, afirmó.

Sin embargo, dijo que “reclutar nuevos elementos, lo cual es sumamente complicado, pues por cada 100 aspirantes a policías, 17 son aptos y de éstos 11 terminan la formación y de éstos solo 9 ingresan a la corporación”.

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