El presidente Andrés Manuel López Obrador nombró a Francisco Garduño al frente del Instituto Nacional de Migración luego de la renuncia de Tonatiuh Guillén López.

En entrevista a su llegada al Aeropuerto de Chihuahua, el mandatario dejó en claro que la salida de Guillén López fue consensuada y forma parte de la nueva estrategia para fortalecer el plan migratorio.

Agradeció al excomisionado de Migración por ayudar al inicio de su gobierno en ese tema, y sostuvo que tiene toda la confianza en Francisco Garduño para dirigir al Instituto en el plan para mejorar el servicio.

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Francisco Garduño es el Comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), dependencia encargada en la administración de penales federales del país.

La presentación adelantada

El pasado 11 de junio dio a conocer la integración de una comisión especial para atender el tema migratorio, la cual estará conformada por cinco funcionarios entre ellos, Francisco Garduño.

La comisión se integró para realizar una evaluación constante, porque “no se pueden ocultar datos”, y se dará a conocer si esta estrategia funciona en el plazo establecido de 90 días, en los que se podrá acreditar que es posible atemperar el fenómeno migratorio con desarrollo y bienestar, destacó el mandatario mexicano.

El presidente calificó como un desafío interesante el acreditar que es posible atemperar el fenómeno migratorio al atender las causas que originan la migración, “es decir que con producción, con trabajo, con bienestar, podamos mantener a los migrantes en sus casas, con sus familias, en donde nacieron, en donde están sus costumbres. Ese es el planteamiento”.

Dijo que la manera más eficaz y más humana de enfrentar el fenómeno migratorio en América del Norte, como en cualquier país o región del mundo, “es atendiendo las causas que originan el que la gente tenga que abandonar sus lugares de origen”, lo que no se resuelve con el uso de la fuerza o medidas coercitivas.

El jefe del Ejecutivo federal consideró que el acuerdo al que se llegó con el gobierno de Donald Trump fue positivo, como se lo han expresado los inversionistas, y “así lo demuestran los números; se fortalece nuestra moneda, se disipó la posibilidad de una crisis económica financiera”.

Subrayó que su administración va a continuar con la política de no confrontación, de buscar acuerdos, de optar por la negociación, y “aún en los conflictos más delicados siempre vamos a optar por el diálogo”.

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