La probabilidad de una epidemia extrema, similar al Covid-19, se triplicará en las próximas décadas, en parte, impulsadas por el cambio climático, advirtieron científicos estadounidenses.

Los investigadores utilizaron datos de epidemias de los últimos 400 años, específicamente las tasas de mortalidad, la duración de las mismas y la tasa de nuevas enfermedades infecciosas.

Su cálculo, que forma parte de un estudio reciente publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, es una predicción basada en riesgos conocidos y puede ser una guía útil para los responsables políticos y los funcionarios de salud pública.

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También encontraron que la probabilidad de que una persona experimente una pandemia como Covid-19 en su vida es de alrededor del 38%.

Los investigadores advirtieron que esto podría duplicarse en los próximos años.

La probabilidad de otra pandemia “probablemente aumentará debido a todos los cambios ambientales que están ocurriendo”, dijo a ABC News Willian Pan, profesor asociado de Salud Ambiental Global en la Universidad de Duke y uno de los autores del estudio.

Los científicos están estudiando de cerca la relación entre los cambios climáticos y las enfermedades zoonóticas, como el Covid-19.

Las enfermedades zoonóticas son causadas por gérmenes que se propagan entre animales y personas.

Los animales pueden transportar virus y bacterias que los humanos pueden encontrar directamente, a través del contacto, o indirectamente, a través de cosas como el suelo o el suministro de agua, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

“A medida que haces que esa interfaz entre los humanos y el mundo natural sea más pequeña, simplemente nos ponemos en contacto con esas cosas y el clima mejora la capacidad de los virus para infectarnos mas fácilmente”, dijo Pan.

Por este motivo, advirtió, “nuestro riesgo de cualquier infección zoonótica o viral emergente va a aumentar con el tiempo”.

Un ejemplo es el reciente brote de ébola en África Occidental.

“Hay pruebas acerca de la pérdida de bosques en África Occidental por el aceite de palma. Hay toda una historia en torno a la industria del aceite de palma, destruyendo los trópicos forestales para plantar árboles de aceite de palma”, denunció el Dr. Aaron Bernstein, director del programa Climate MD en el Centro para el Clima, la Salud y el Medio Ambiente Global de la Escuela de Salud Pública Chan de la Universidad de Harvard.

“En este caso, hay murciélagos que viven en esos bosques, pero no pueden vivir en plantaciones de aceite de palma. Y así, esos murciélagos se trasladaron a una parte de África Occidental donde infectaron a las personas con ébola”, dijo Bernstein.

Las enfermedades zoonóticas ahora representan el 60% de todas las enfermedades y el 75% de las enfermedades emergentes, según los CDC.

“Más animales entran en contacto con más personas, pero también, en muchos casos, han dado lugar a que los animales se topen con otros animales”, agregó Bernstein.

“Lo que hemos observado es que los animales e incluso las plantas están corriendo de sus hábitats para salir del calor. Y mientras lo hacen, pueden encontrarse con criaturas con las que nunca se han encontrado antes”, dijo.

“No podemos lidiar con las pandemias con curitas”, advirtió.

“Es decir, después de esperar a que aparezcan las enfermedades, y luego tratar de averiguar cómo resolverlas”.

Pan se sumó a la advertencia: “A nivel mundial, si queremos evitar que otra pandemia importante perturbe por completo nuestra sociedad, tenemos que empezar a invertir mucho y a compartir información entre países sobre el control de diferentes infecciones virales”.

Prevenir estas enfermedades no solo requiere colaboración global, sino también atención a la fuente del problema resumió el estudio. 

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