El papa Francisco inicia su séptimo año de pontificado de la misma forma en que comenzó el primero, rezando, sin celebraciones especiales y con una serie de desafíos mayúsculos que afrontar: abusos de menores, crisis migratoria y refugiados.

Sin embargo, para sorpresa de propios y extraños, el papa se muestra especialmente lúcido, fuerte y con la voluntad de conducir la iglesia en estos momentos tumultuosos.

En esta ocasión, los colaboradores más cercanos del papa acudieron a su encuentro en la Casa del Divino Maestro, en la localidad de Ariccia. El momento de reflexión estuvo encabezado por el sacerdote benedictino Bernardo Francesco Maria Gianni, quien encabeza la abadía de San Miniato al Monte.

Anuncios

Sobre la situación del papa, un viejo amigo suyo destacó que “Francisco está excelente, lo vi muy bien. Lúcido y con gran fuerza“, palabras especialmente valiosas tras varias semanas difíciles.

A esto se suma la presión que se ha impuesto el propio pontífice tras las conferencias episcopales sobre abusos de menores, un paso hacia adelante pero que las víctimas consideran tardío e insuficiente.

Carlos Garfias Merlos, vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, explicó que “el compromiso es ayudar a los obispos para que puedan proceder cuando, en cierto momento, les podrían temblar las manos”.

El arzobispo de Morelia reconoció que en muchas ocasiones los obispos enfrentan dudas y les “tiembla la mano”, por lo cual es importante el llamado del pontífice a actuar con diligencia y realizar procesos eclesiásticos impecables contra los curas pederastas.

“Siento deber compartir con ustedes el dolor y la pena insoportable que causa en todo el cuerpo eclesial la ola de los escándalos de los que los periódicos del mundo entero están llenos”, afirmó Francisco, quien también pidió a los sacerdotes no desanimarse, pues “el Señor está purificando a su esposa”.

La reforma de la curia romana planteada por Jorge Mario Bergoglio al inicio de su pontificado también se ha visto afectada por la crisis que vive la iglesia con uno de sus hombres fuertes, George Pell, culpable de haber agredido sexualmente a dos jóvenes, y otro más, Francisco Javier Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago, siendo investigado por encubrir abusos sexuales.

Es importante destacar que estas dificultades no han detenido la reforma de la Iglesia, que planea publicar próximamente la nueva constitución apostólica, conocida provisionalmente como Predicad el Evangelio.

El texto no incluye grandes novedades, al ser la cumbre de varias reformas ya en práctica, incluyendo la creación de los dicasterios de Laicos, Vida y Familia , así como otras estructuras que reorganizan las distintas oficinas con las que contaba el Vaticano.

El mismo papa ha mostrado un gran cambio desde que asumió el control de la Santa Sede. Con 76 años al inicio del pontificado, pasó de considerarse alérgico a viajar a cumplir 26 giras internacionales en 37 países, con muchos más por visitar.

Asimismo, Francisco ha llamado la atención con su participación en la arena geopolítica, con discursos en la ONU y ante organismos europeos, así como con su intervención pacífica en conflictos regionales, incluso cuando se ha visto expuesto a la crítica.

Mientras el balance resulta inevitable, Francisco afronta su séptimo año de ministerio papal en oración. Ejercicios espirituales para prepararse para los desafíos que vienen.

Publicidad