(SPI/Édgar Ávila Pérez*).- Cuando tenía nueve años, July Sheridan –esa niña inquieta que gustaba de trepar árboles y practicar patines, natación, basquetbol, boliche, karate, squash- sufrió uno de los peores reveses de su vida: su mamá abandonó el hogar y dejó a su esposo y a sus nueve hijos a la buena de Dios.

La situación económica de por si era difícil antes de la partida de la madre de familia, pues debían compran el huevo por caja, rejas de plátanos macho y un kilo de carne para desmenuzarla en ollas repletas de verduras para que alcanzara para todos.

Su padre, Don Tiberio González Rueda, un vendedor de seguros en el sur de Veracruz, tenía épocas de bonanzas, pero también de vacas flacas que arreciaban con el solo hecho de mantener a nueve chamacos, entre ellos a Miriam Judith González Sheridan, la hoy candidata de Nueva Alianza a la gubernatura de Veracruz.

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Cuando escapó físicamente de su casa de amplio patio y llena de árboles frutales al enterarse que su padre tenía un nuevo amor, se refugió en el Centro de capacitación de Televisa en el Distrito Federal.

“A mí me gustaba mucho la danza, la actuación y entré con el pie derecho”, recuerda

En un ejercicio para conocer a los candidatos de carne y hueso, se buscó a los cuatro contendientes a la gubernatura y sólo el panista Miguel Ángel Yunes Márquez se negó a la entrevista.

Durante cerca de una década su casa fue Siempre en Domingo, el programa de música líder en la televisión mexicana, pero también participó en Estrella de los 80’s, Juguemos a Cantar y realizó giras al lado del equipo de Luis Miguel, Lucerito y Yuri.

“Bailar y actuar… en esos programas era puro play back”, dice con una sonrisa de niña picara que recuerda sus andanzas en ese mundo. Incluso adicionó para las telenovelas de la época Amalia Batista y La Fiera

“Quedé en la Fiera pero ya no pude regresar”, dice. En septiembre de 1985, visitó a su familia en Minatitlán y un temblor azotó la capital del país. Destruyó medio Distrito Federal, su casa Televisa y su departamento.

Las lágrimas de la infancia

La voz se le quiebra y un gemido se ahoga en un mar de tristeza. Las lágrimas brotan sin control y July Sheridan se descompone. “El peor momento de mi infancia cuando mi mamá nos abandonó a los nueve”, suelta.

Cursaba el sexto de primaria y tiene vivas las imágenes de su graduación y la ausencia de su madre Martha Oved Sheridan Nacho, quien había conocido un nuevo amor y huyó de aquel hogar llenó de niños.

“Fui muy inquieta desde muy chiquita, e hiperactiva y me gustaba mucho treparme a los árboles y por ello, sufrí muchas caídas y no me podían controlar”, agrega.

El deporte era una manera de escaparse de los problemas que había en casa….era una especie de refugio para esta mujer nacida en el municipio petrolero de Minatitlán, una región de gran pujanza económica pero con tradiciones muy arraigadas y conservadoras.

El Chavo del 8, La Canica Azul y Plaza Sésamo eran sus distracciones, pero su afición principal treparse en los árboles, jugar a las escondidas y a la tiendita con hojas de árboles que asemejaban los billetes.

Una bicicleta era su mayor orgullo, su única ropa eran unos shorts y pants y si bien su padre de vez en cuando lograba inscribirlas en un club de natación, tenían prohibido comprar sabritas, refrescos, club sándwich y dulces.

“Yo no tenía ropa, yo no tenía vestidos, ni zapatillas, ni nada”, rememora.

Incluso se quedó sin su padre, con quien discutía frecuentemente a raíz que encontró una nueva novia y se casó. “Empezó a andar de novio con la hermana de mis peores enemigas”, cuenta y sonríe.

A los 16 años, agarró sus cosas y se fue al Distrito Federal, presentó examen de admisión en el Centro de Capacitación de Televisa, es aceptada en la Asociación Nacional de Actores y la jala MiltónGio a su prestigioso ballet.

“Y de ahí empiezo mi vida artística”.

Siempre en Domingo con Raúl Velasco, Estrella de los 80’s y Juguemos a Cantar fueron algunos de los programas donde participó activamente. A veces, le decían: te vas a poner el micrófono y vas a parecer que eres coro. “En esos programas era puro play back”, relata.

Como bailarina se fue a las giras de Luis Miguel, Lucerito y Yuri. Esos momentos le generan sonrisas y evocan recuerdos agradables. “Le hacíamos ahí la mímica”.

Con un papel en la mano para actuar en telenovela La Fiera, visitó a su familia en Minatitlán en septiembre de 1985; estando en su tierra natal, el temblor azotó la capital del país y destruyó parte de televisa e incluso los departamentos de Chapultepec donde vivía.

Jamás regresó, ni siquiera por sus pertenencias que quedaron sepultadas bajo los escombros. Con la ayuda de su papá, ya reconciliados, abrió espacios para hacer deporte, se consolidó como una figura ciudadana dentro de la región.

Fue en su mega gimnasio, por donde ha pasado gente de Minatitlán, Cosoleacaque, Coatzacoalcos, Nanchital y Acayucan, que fueron a buscarla enviados de Morena para que ofrecerle una candidatura a una diputación federal.

“Les dije: yo no quiero saber nada de política, perdón, pero a mí no me interesa. Incluso les decía que Andrés Mauel estaba loco, así de plano”, afirma.

-¿Y cómo es que acepta?

-Es que le dije que no, pero, volvían y volvían y te juró. Tengo un ventanal y miraba que ahí venían otra vez. Iban y venían y les decía: son una bola de corruptos los políticos, total que no me convencieron.

En el 2016 finalmente la convencieron. Aceptó la candidatura a la diputación local y la ganó con creces, en una región históricamente dominada por los cacicazgos sindicales petroleros afines al PRI.

“Estuve muy equivocada en el partido en el que estuve”, afirma la ex diputada local. En Morena jamás la dejaron gestionar recursos para su distrito, le ordenaban a quién atacar y le quitaban la mitad de su salario supuestamente para universidades que no existen. Ahora porta la camiseta de Nueva Alianza.

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