Pese a que no tenían la mayoría necesaria en el Senado, los demócratas impulsaron el ‘impeachment’ para mellar la imagen del presidente de Estados Unidos en plena campaña electoral. No lo consiguieron.

El presidente Donald Trump está a punto de ser absuelto por el Senado, lo que pondrá punto final a meses de discusiones sobre la ilegalidad o falta de ética en las actuaciones de uno de los mandatarios más polémicos que ha tenido Estados Unidos.

Los demócratas promovieron el ‘impeachment’ sabiendo que no tendrían los votos suficientes en la cámara alta para destituirlo: 67 de 100 senadores, pues los republicanos tienen la mayoría. Aún así siguieron adelante con el fin de manchar la imagen del presidente, que está en plena campaña por su reelección, y convencer a más estadounidenses de la falta de idoneidad del millonario neoyorquino al frente del país.

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Sin embargo, la jugada de los demócratas no salió. Las encuestas no han mostrado mayor variación con respecto a la opinión hacia Trump y el proceso de destitución.

Según el portal Fivethirtyeight, una de las páginas de pronósticos electorales más certeros, el 47,7% de los estadounidenses apoyo la remoción de Trump de la Casa Blanca, en base a un promedio de todas las encuestas de opinión. O lo que es lo mismo, el 52,3% quiere que el mandatario continúe.

Y peor aún, el apoyo a su gestión ha ido en subida, pese al desarrollo del juicio político. La última encuesta de Gallup, publicada el martes, señala que el 49% de estadounidenses aprueba el trabajo de Trump, su mejor calificación desde que llegó al Salón Oval.

La estrategia demócrata también apuntaba a poder conseguir testigos en el juicio que complicaran al presidente y pusieran en evidencia que efectivamente sí abusó de su poder. Las acusaciones del ‘impeachment’ se basan en la supuesta presión que ejerció Trump sobre el presidente de Ucrania para que investigue a Joe Biden, su potencial rival en las elecciones de este año, y su hijo Hunter, por corrupción.

Los congresistas demócratas Adam Schiff y Jerry Nadler fueron dos de los acusadores de Trump. Sus argumentos se basaron en el abuso de poder y obstrucción al Congreso. [Reuters]

Sin embargo, los demócratas no lograron convencer a suficientes senadores republicanos dudosos para que votaran a favor de la convocatoria de los testigos. Necesitaban cuatro, pero solo convencieron a dos. Tras esa derrota, que ocurrió el viernes, el destino estaba sellado para el juicio. La absolución ya estaba en marcha.

Y para poner la cereza en la torta, el desastre organizativo de los ‘caucus’ demócratas de Iowa, que hasta ahora no declaran a un ganador, dio suficiente munición a Trump para criticar sin piedad a sus opositores.

Pese a que Donald Trump ya pasó a la historia como el tercer presidente de Estados Unidos en ser sometido a juicio político, también pasará a la historia como el mandatario que salió más empoderado después del proceso. En 1999, el ‘impeachment’ contra Bill Clinton y su absolución no mellaron su popularidad, pero el escándalo de Monica Lewinsky es algo que aún lo persigue. El enredado caso ucraniano no será algo que la mayoría de estadounidenses recuerden siquiera en el corto plazo.

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