Con la inmovilización de los vuelos desde y hacia China de muchas compañías aéreas y de algunos países, el miedo a la difusión del coronavirus viaja más rápido por el mar, entonces ahora llegó una nueva prohibición.

Y ya empujó a dos grandes compañías de cruceros -la Royal Caribbean y la Norwegian Cruise Line- a adoptar medidas drásticas como la prohibición de embarcar en sus propias naves a todos los potenciales pasajeros y miembros de la tripulación con pasaporte chino, de Hong Kong o de Macao.

 Un anunció que llega mientras el número de los contagios, en 28 países del mundo, llega a casi los 35.000, la mayor parte de los mismos en China, mientras el de los muertos llegó ya a 725, de los cuales uno en Hong Kong y el otro en Filipinas.

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Por primera vez en China se registró el deceso de una extranjero, un estadounidense de 60 años residente en Wuhan, la ciudad foco de la enfermedad.

Al mismo tiempo, Francia -que hoy oficialmente desaconsejó los viajes a China si no son por “razones de fuerza mayor”- se dieron a conocer cinco nuevos casos, todos el Alta Savoya, región en los confines con Italia, elevando a 11 el total en el país.

Son todos, unos 5, ciudadanos británicos, entre ellos, un niño de 9 años, que tuvo contacto con una persona, siempre de nacionalidad británica, que estuvo recientemente en Singapur, donde actualmente se cuentan 33 casos, el número mayor fuera de China. Por ello, dos escuelas en Alta Savoya, frecuentada por el niño británico, cerrarán sus puertas la semana próxima para ser sometidas a test y verificaciones.

Prosigue, en tanto, la odisea del Diamond Princess, la nave en cuarentena anclada en Yokohama, Japón, con 3.700 personas a bordo, entre ellas, 35 italianos, donde hoy se registraron otros tres casos de contagio que elevaron el total a 64.

Ahora bien, existen también otros pasajeros que hablaron con la cadena CNN y dijeron sentirse como en una “prisión infectada” donde tienen y no una hora al aire libre al día.

Quizás por ello es que la Royal Caribbean y la Norwegian Cruise decidieron prohibir el embarque a todos los ciudadanos chinos, independientemente del hecho de que hayan estado o no recientemente en China, y a los eventuales pasajeros que visitaron China, Hong Kong o Macao como medida de precaución.

La prohibición de embarcar también refiere a “todos aquellos que hayan visitado o viajado de o a través de China continental, Hong Kong o Macao en los últimos 30 días”, prescindiendo si son o no ciudadanos chinos. En tanto los “pasajeros con pasaporte chino” que no hayan visitado al Dragón asiático en el último mes y “que gocen de buena salud, pueden embarcar”.

Y como si todo esto no bastase, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en vez de combatir la difusión de la enfermedad debe dedicarse a “combatir los troll y a los teóricos de la conspiración que llevan a la desinformación”, como lo denunció hoy el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, agregando que “mientras el virus se difunde, la desinformación hace aún más difícil el trabajo de nuestros heroicos operadores sanitarios y está desviando la atención de quien debe tomar decisiones, provoca difusión y difunde el miedo al gran público”.

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