Cuando faltan apenas tres semanas para las charlas propuestas entre los líderes de Estados Unidos y China, las expectativas de avances para poner fin a la guerra comercial son bajas y fuentes dicen que ha habido pocos preparativos para una reunión en Japón incluso aunque la salud de la economía mundial está en juego. 

El presidente Donald Trump dice que quiere reunirse con su par chino, Xi Jinping, en la cumbre del 28 y 29 de junio en la ciudad japonesa de Osaka, y que solo después decidirá si aplicar más aranceles a las importaciones de todos los productos chinos. 

Aunque ninguno de los bandos ha confirmado que se llevará a cabo una reunión, los inversores en todo el mundo que han visto pérdidas de billones de dólares de los mercados globales en el último mes estarán atentos a cualquier interacción entre los dos mandatarios. 

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Las relaciones se han deteriorado desde mayo, cuando finalizaron las negociaciones comerciales entre Pekín y Washington sin un acuerdo, lo que de por sí mata la posibilidad de un pacto arancelario en Japón. 

“La atmósfera es tóxica”, dijo a Reuters un alto diplomático occidental basado en Pekín, en referencia a los lazos entre China y Pekín. Fuentes cercanas al tema, incluyendo funcionarios y diplomáticos en Washington y Pekín, dicen que ha habido una ausencia de trabajo preparatorio para el encuentro, en buena parte por la creciente hostilidad. 

Los equipos negociadores de comercio no se han reunido desde que las conversaciones se estancaron el 10 de mayo. La Casa Blanca declinó comentar sobre los planes para el encuentro entre Xi y Trump.

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