La escritora Jean Carroll, de 76 años, está poniendo en aprietos a Donald Trump pues, tras haberlo acusado de violación en un libro salido a la venta el año pasado, pidió ahora comparar el ADN del magnate neoyorquino con el material genético presente en el vestido que afirma haber usado el día del presunto abuso sexual.

El episodio data de mediados de los 90 y -según comentó Carroll, famosa columnista con firma en un correo del corazón en la revista Elle- tuvo lugar en un camarín de prueba de Bergdorf and Goodman, los lujosos grandes almacenes situados en la Quinta Avenida de Manhattan.

El pedido de análisis fue avanzado en una causa por difamación llevada adelante en noviembre, en la que la mujer acusó al presidente de haber dañado su carrera y reputación por negar sistemáticamente el abuso sexual.

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Los abogados de la periodista presentaron la instancia a un letrado del magnate neoyorquino pidiendo una muestra de su ADN para el próximo 2 de marzo.

En el pedido en cuestión están contenidos los resultados del material biológico en un vestido negro, de la estilista Donna Karan, perteneciente a Carroll. La prenda lucida 25 años atrás el día del presunto estupro estuvo en junio del año pasado en la tapa del New York Magazine, para denunciar el episodio de presunta violencia.

Trump siempre rechazó la acusación de la mujer. “Número uno, no es mi tipo. Número dos, lo que narró realmente nunca ocurrió”, se defendió en una entrevista.

“Nunca la vi, está absolutamente mintiendo, quiere obtener solo publicidad”, denunció el presidente.

“Estoy contenta de no ser de su tipo…”, fue la réplica de la mujer, que en su haber tiene un título de Miss Indiana y una carrera fulgurante en televisión y en la prensa escrita.

“Ha llamado gorda a Miss Universo rebautizándola Miss Piggy (cerdita). Miss Universo gorda, una de las mujeres más bellas del Sistema Solar”, agregó.

En su libro Jean Carroll explicó cómo fue literalmente agredida por Trump en un camerino de prueba y obligada a una relación completa “al 100% contra mi voluntad”.

El presunto hecho data de fines de 1995 o primeros del 1996: la escritora tenía 52 años y Trump 49. La mujer manifiesta cómo el magnate la reconoció en el interior de un gran almacén de lujo Bergdorf Goodman, se le acercó para pedirle un consejo para hacer un regalo a una muchacha y ella aceptó ayudarlo terminando en la sección lencería íntima.

Allí Trump le pidió si podía probarse para él algunas prendas, pero la mujer riendo le sugirió probarse directamente él mismo sobre sus pantalones. Se dirigieron hacia un camerino de prueba. Apenas cerrada la puerta -narró Carroll- el magnate imprevistamente la asaltó: la empujó contra la pared, la besó, le bajó con fuerza las bragas y abusó de ella.

En un articulo del New York Magazine y en su libro, la mujer escribió que el vestido “está todavía colgado en mi armario. No lo lavé y no lo volví a usar desde ese día”. Un vestido que ahora podría meter un líos a Trump.

El caso recuerda al que concernió al entonces presidente Bill Clinton, sometido a un test de ADN para descubrir si tuvo relaciones sexuales con Monica Lewinsky, por esa época becaria de la Casa Blanca, luego de mentir el hecho bajo juramento.

Y luego de que su ADN fuera hallado en el vestido de Lewinsky -que lo conservó sin lavarlo- Clinton reconoció que tuvo “una relación íntima inapropiada” con la entonces becaria.

El otrora presidente fue acusado en diciembre de 1998 y luego absuelto por el Senado.

Justamente, el Senado estadounidense votará el miércoles si avanza o no el juicio político a Trump, atrapado en nuevos enredos.

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