Los Dodgers tienen un lugar especial para los lanzadores mexicanos. Hablar de los angelinos es recordar a Fernando Toro Valenzuela y su leyenda. Sin embargo, Julio Urías ha sabido salir de ese margen y escribir su propio nombre en la historia de la institución y de la Major League Baseball (MLB).

Para ganarse un lugar en la historia no basta con solo “estar”, hace falta tocar el éxito. Julio César Urías, ya sabe lo que es ser triunfador. En 2020 se proclamó campeón de la Serie Mundial con Los Ángeles siendo una pieza importante para dejar en claro que México es una tierra de ganadores.

Urías fue el abridor del juego 4 y el cerrador del juego 6 contra Tampa Bay, pese a los señalamientos que pudieron existir, el Culichi aguantó presión y le dio el título al equipo después de 32 años de sequía, y aunque estaba en un momento de reflectores internacionales no dudó en dedicar el triunfo a “sus paisanos”.

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Ni siquiera tuvo que abandonar el Dodger Stadium para rendir homenaje a su tierra. Una bandera de México lo abrazó en un recinto en el que pocos beisbolistas nacionales han tenido la oportunidad de trascender.

“Ese es el out más importante de mi vida. Es para la afición latina y mexicana, que para mí es algo que me hace sentir como en casa. La verdad que el apoyo que recibo de todos los paisanos es un apoyo incondicional, en las buenas y en las malas, entonces me siento muy contento muy orgulloso de poder lograr esto y como lo repito es para mí y para todos ellos me siento muy alegre muy contento con eso”, aseguró el lanzador hispano de 26 años en conferencia de prensa.

La tinta en su piel es otra de las formas en las que Julio Urías conecta con su natal México. Tiene múltiples tatuajes, pero algunos son muestra de sus raíces; en la mano derecha tiene plasmada la silueta del estado de Sinaloa, un avión de papel y unos nopales en honor a su familia.

“De niño yo me crié con mis abuelos. En esa casa, con nosotros, vivía uno de mis tíos que vendía nopales. Yo tuve una muy buena relación con él. En los ranchos de México se acostumbra que el niño vaya por los mandados, y yo era el único; mi tío era quien me daba dinero por hacer esos favores. Murió y por el recuerdo lo tengo tatuado”, explicó el pitcher en entrevista para LA Times.

México es indesprendible. Entre sus gustos culinarios destacan los mariscos y los tacos, mientras que musicalmente es fiel al regional mexicano. “Hay bastantes buenos artistas en México, sobre todo en el género que me gusta a mí que es el regional, yo diría que Los Dos Carnales son uno de los más preferidos míos y mi canción favorita de ellos es la de El Envidioso”.

El propio presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, recalcó su hazaña mencionando que el ser mexicano es motivo de orgullo. También, en 2021 fue galardonado con Premio Nacional del Deporte de 2021 de México en la categoría profesional.

Urías nació en Culiacán, Sinaloa, pero su destino estaba en la Major League Baseball (MLB). Su carrera en el Rey de los Deportes comenzó en la Liga de Béisbol Infantil y Juvenil Culiacán Recursos; después formó parte de los Diablos Rojos de México por un breve periodo de tiempo.

Sus actuaciones en las ligas juveniles llamaron la atención de los reclutadores de la liga estadounidense, pese a la condición en su ojo izquierdo. Nació con tumor que lo obligó a visitar el quirófano en más de una ocasión y aunque se le retiró, muchos dudaban de sus capacidades visuales —algo indispensable en un lanzador—. “Así trabaja Dios, me dio un ojo izquierdo malo, pero un buen brazo izquierdo”, dijo cuando apenas iniciaba su legado.

Con 14 años conoció a Mike Brito, cazatalentos de los Dodgers, y responsable de descubrir al mítico Fernando Valenzuela. “Cuando mostró mucho potencial, dije: ‘Este chico (Urías), no puedo perderlo. Le dije a su padre, le dije: Vas a estar con los Dodgers’. Este muchacho va a hacer mucho ruido cuando juegue en las mayores.”, aseguró Brito años atrás.

Cuando recién cumplió 16 años el equipo angelino reclutó al pitcher zurdo. A partir de allí partiría al país vecino para cumplir un sueño, pero jamás olvidaría sus raíces.

Jugó en los equipos filiales de los Dodgers y brilló desde sus primeros pasos. En 2014 lo invitaron al All Star Futures Game y fue elegido como el lanzador del año de las ligas menores de los Dodgers.

Tras un andar por filiales y competencias como Liga Rookie, Doble A y Triple A, además de entrenamientos con el equipo de Los Ángeles, el tan ansiado debut llegó en 2016 cuando su equipo se midió a los Mets de Nueva York.

El 26 de mayo de ese año, con 19 años, se convirtió en el debutante más joven de la MLB desde Félix Hernández (2005), en el segundo abridor más joven en la historia de los Dodgers. Pasada la temporada regular también se ganó el récord de ser el pitcher más joven en lanzar en una postemporada con Dodgers y el cuarto en toda la historia de las mayores.

Después llegó el 2020, año en el que ganó protagonismo gracias a su actuación en la Serie Mundial contra los Rays de Tampa Bay. Eso le hizo merecer mayores oportunidades con el mánager Dave Roberts.

Para la temporada 2021 la consagración estaba lista. Ya como un lanzador titular, Julio Urías ganó el campeonato de juegos ganados de grandes ligas. Acumuló 20 victorias en la campaña; con dicho récord, se convirtió en el cuarto lanzador mexicano en alcanzar 20 juegos ganados en una temporada, solo detrás de Fernando Valenzuela (21, 1986), Teodoro Higuera (20, 1986) y Esteban Loaiza (21. 2003).

Además de esa marca, Urías también rompió una marca de el Toro Valenzuela. En 2021 tuvo 10 victorias consecutivas, una más que la leyenda mexicana, quien en 1985 acumuló 9 triunfos al hilo en 11 salidas.

Su camino no fue fácil. Tuvo que dejar su tierra. En 2017 una lesión del hombro lo privó del diamante por más de un año, sin embargo, no desistió del sueño y un año después vio actividad en su primer Serie Mundial contra Boston.

En 2019 enfrentó otro problema en su carrera. El sinaloense fue arrestado en un centro comercial de Los Angeles (Beverly Center) por supuesta violencia doméstica.

Se realizaron las investigaciones pertinentes y se determinó que Julio Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica de las Grandes Ligas, por lo que recibió un castigo: tuvo una suspensión de 20 juegos sin garantía de pago.

La carrera de Urías no es intachable. Tiene que seguir demostrando sus cualidades como lanzador, sea como abridor o como relevo. Pero lo que es cierto es que conforme avanza el tiempo, sigue ganando un lugar como uno de los atletas hispanos más destacados en Estados Unidos.

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