México tiene tecnología para combatir el tráfico de armas desde Estados Unidos y capacidad para mejorarla, pero no la está usando al 100%, advirtió la empresa Gatekeeper Security, proveedora de los equipos de monitoreo colocados en los cruces vehiculares en la frontera con Estados Unidos.

La firma con sede en Estados Unidos destacó que los equipos instalados en México bastan y sobran para tener un mejor control del flujo de personas, vehículos y su contenido, con lo que se podría detener el trasiego irregular de armamento.

“Solamente se está utilizando un 60% de la tecnologías de Gatekeeper; por ejemplo, con una simple actualización se puede agregar sin costo adicional, el software de detección de rostros, marca, modelo, color del vehículo”, comentó la empresa en una ficha informativa compartida con Forbes.

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A principios de año, durante la XXXI Reunión con Embajadores y Cónsules, el secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, aseguró que para 2020 la prioridad en la relación con Estados Unidos sería el combate de tráfico de armas.

Apenas la semana pasada, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informó que tras concluir las mesas de trabajo durante la Reunión Binacional de Seguridad Fronteriza, se acordó mejorar la protección para detener el trasiego de armas.

“Entre los acuerdos destaca ampliar a 20 (desde 5), los puntos de revisión para detectar el paso ilegal de armas donde se busca ubicar a delincuentes dedicados a pasar ilegalmente armas de fuego desde la frontera sur de Estados Unidos de América y de droga por la frontera norte de México”, detalló en un comunicado.

Según la empresa, sus equipos están instalados en alrededor de 700 puntos a lo largo de los 3,600 kilómetros de la frontera norte del país, cuyas cámaras son capaces de captar los rostros de las personas a bordo, aun con autos con vidrios polarizados y que viajen a una velocidad de hasta 100 km/h.

Aunado a ello, habría que sumar a la infraestructura un scanner en el piso capaz de registrar vehículos con dobles fondos en 4 segundos y con ello ubicar el contenido, como armas, dinero o sustancias. El resultado sería una imagen en 3D de alta definición.

“Escáner Inteligente de Chasis del Vehículo o IVUS por sus siglas en inglés, es un sistema de escaneo automático de operaciones especiales con el fin de detectar objetos o dobles fondos, en donde se pueda almacenar mercancía y otros cargamentos ilícitos (Dinero, armas, drogas, etc.)”, explicó la empresa.

Otra de las tecnologías a implementar sería el Sistema de Gestión Empresarial de Gatekeeper o GEMS, una plataforma que permite procesar los datos captados por las cámaras y el escáner, así como la opción de cruzar los registros anteriores de las mismas unidades o vehículos.

“Por un costo adicional simbólico, (se puede añadir) el reconocimiento facial y escaneo de chasis del vehículos (ligeros y de carga)”, detalló la firma. No obstante, para costear este proceso, la empresa propone aumentar cerca de 75 centavos de dólar al cobro por el tránsito de cada unidad y que se entregue en concesión.

“Las tecnologías referidas en el presente ya están siendo utilizadas por CBP  (Customs and Border Protection, Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) en la frontera sur de EUA y México”, insistió.

Los equipos de la firma empezaron a instalarse como parte del Sistema de Aforo Vehicular (Siave) en los cruces aduaneros. Posteriormente, hacia 2016 se instalaron nuevas unidades con el Proyecto de Integración Tecnológica Aduanera (PITA), que modernizó 52 puntos de revisión. En total, el programa se pagó en 8,540 millones de pesos.

Forbes México buscó al Servicio de Administración Tributaria (SAT) para conocer su postura sobre el tema sin que hasta el momento se haya obtenido una respuesta.

De acuerdo con un reporte de la Oficina de Contabilidad Gubernamental de EU, entre 2009 y 2014 se registró que el 70% de las armas aseguradas por autoridades mexicanas tenían su origen en el país del norte, 13% más tenían origen indeterminado mientras que solo 17% no eran originarias de ese país.

Unos años antes, entre 2006 y 2011, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) estadounidense organizó el operativo fallido “Rápido y Furioso” para rastrear más de 2,000 armas que serían vendidas a supuestos criminales para que las llevaran ilegalmente a México y así poder detectar a los delincuentes. El operativo se descubrió cuando estas armas fueron usadas para asesinar a 2 agentes estadounidenses entre 2010 y 2011.

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