El panorama para la economía de América Latina y el Caribe luce complicado para 2023, de acuerdo con el más reciente informe del Banco Mundial, titulado ‘Perspectivas económicas mundiales’. 

El organismo pronostica que la región crecerá 1,3% en el año, siendo la segunda con la menor expansión prevista en 2023, solo detrás de Europa y Asia Central, cuyo crecimiento estimado es de 0,1 %.

El informe detalla que el aumento global de la inflación y de las tasas de interés, así como la disminución de la inversión mundial y la interrupción de las cadenas de suministro por el conflicto en Ucrania, han mermado la economía internacional en los últimos meses. 

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Se espera que estos factores sigan incidiendo en 2023, reduciendo el crecimiento global a 1,7 % en términos interanuales. 

La situación es especialmente adversa para los países emergentes o en desarrollo, como los de América Latina y el Caribe, debido a los altos niveles de deuda pública de estas naciones y por el aumento creciente de las tasas de interés, producto de la crisis inflacionaria, explica David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, en un comunicado relativo al informe. 

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Luego de una caída del 6,2 % en 2020 como consecuencia de la pandemia de covid-19, la economía latinoamericana y caribeña logró recuperarse exitosamente al año siguiente, alcanzando un crecimiento del 6,8 % interanual.

Desde entonces, el ritmo de crecimiento de la región comenzó a desacelerarse, como era esperado por la anormalidad del contexto internacional. No obstante, el recorte pronosticado para 2023 da cuenta de una nueva realidad: la desaceleración económica de la región. 

Perspectivas y riesgos para América Latina y el Caribe

A pesar de que la inflación en América y el Caribe comenzó a ceder en la segunda mitad de 2022, el Banco Mundial prevé que seguirá provocando el aumento de las tasas de interés en la región, al encontrarse todavía por encima de la meta de los bancos centrales. 

La institución financiera también pronostica una caída en el comercio y la inversión hacia y desde EE.UU. y China —dos de los socios comerciales más importantes para los países de la región— como resultado de la desaceleración de la economía mundial, lo cual afectará el desempeño de los países latinoamericanos y caribeños. 

El reporte advierte que un crecimiento mundial inferior a lo previsto podría afectar significativamente los precios de los productos básicos y la actividad económica de los países exportadores de la región, además de que endurecería las condiciones financieras en todo el planeta en agravio de las economías más vulnerables.

En un sentido similar, el Banco Mundial reconoce que la inflación interna en América Latina y el Caribe también podría ser más persistente de lo previsto, lo que generaría aumentos adicionales en las tasas de interés y profundizaría, por ende, la desaceleración económica de la región en el corto plazo. 

“Esto podría dificultar la lucha contra una amplia gama de problemas sociales y agravaría los obstáculos que impiden un desarrollo sostenido e inclusivo en América Latina y el Caribe”, indica el organismo.

A pesar de lo pronosticado, el Banco Mundial vaticina la recuperación de América Latina y el Caribe para 2024, con un crecimiento estimado en 2,4 %. 

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