La apendicitis, siendo una patología tan sumamente común, sigue siendo una gran desconocida en muchos sentidos: ¿Cuáles son las claves que definen al apéndice? ¿Para qué sirve? ¿Puedes ser más propenso a padecer apendicitis?

Te presentamos el apéndice

Para hablar sobre la apendicitis es crucial empezar por el órgano en el que se produce esta afección.

El apéndice es una estructura tubular que depende del ciego (punto de unión entre el intestino delgado y el grueso), situado en el cuadrante inferior derecho del abdomen.

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Algunas de las claves para entender este pequeño órgano:

Se trata de un órgano vestigial: es decir, viene de nuestro desarrollo, aunque se desconoce su función.

Tamaño variable. Aunque en un adulto medio su tamaño ronda en torno a los nueve centímetros, lo cierto es que puede variar entre los cinco y los treinta centímetros.

Con punta móvil. La punta del apéndice puede encontrarse en diversas localizaciones y en función de hacia dónde apunte su inflamación puede presentar una sintomatología u otra.

Por tanto, la apendicitis es…

Una vez definido y situado el órgano donde se origina, podemos profundizar en el concepto de apendicitis, patología que se da en caso de inflamación del propio apéndice.

Porque este pequeño tubo, cuando se inflama, acaba por obstruirse. Esta obstrucción, según la experta, puede deberse a:

Producción de moco, el mismo moco que se origina con normalidad en el intestino.

Un cuerpo extraño.

Acumulación de heces, llamado fecalito.

“Como es una estructura estrecha, se acumula moco y gas y esto eleva la presión, disminuye el riego y hace que se pueda producir un taponado, que en ocasiones acaba por convertirse en una perforación”, explica la cirujana.

Ese “taponado” del que habla la doctora Rubio es lo que da lugar a una infección, que a su vez, en caso de que progrese, puede perforar el apéndice, es decir, romperlo. Si esto pasara, nos encontraríamos ante una peritonitis, un cuadro todavía más grave por un proceso inflamatorio e infeccioso.

¿Cuál es su función?

De una forma u otra, la cuestión que siempre se plantea cuando se habla del apéndice no es otra sino la de su función. Y, aunque nos resulte llamativo, todavía no existe un consenso en este sentido.

Hay varias teorías al respecto:

Función en la inmunidad. En la submucosa tiene tejido linfático, relacionado con las defensas, por lo que se cree que tiene función en nuestro sistema inmunitario.

Reservorio para “buenas bacterias”: un depósito para bacterias beneficiosos para el intestino y para la flora intestinal.

Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que su extirpación no presenta secuelas. Es más, hay quien nace sin apéndice.

“Existen casos de agenesia apendicular, es decir, que no tienen apéndice, pero son pocos. Hay mucha variabilidad. Hay gente que tiene dos apéndices incluso”, apunta la doctora Rubio.

La idea que recalca la experta es que es que no se ha demostrado de manera concluyente que la extirpación del apéndice tenga secuela adversa alguna sobre el paciente.

No siempre se presenta de la misma forma

Más allá de su función y definición, debemos hablar de la sintomatología con la que se asocia la inflamación del apéndice.

Síntomas clásicos

Y es que, pese a que se trate de una patología más que frecuente, durante las primeras horas la apendicitis puede confundirse con diversos cuadros clínicos, principalmente porque sus síntomas claves son muy generales.

Distinguimos los más comunes:

Malestar general

Molestias generales

Dolor que empieza en el ombligo y progresa al lado inferior derecho del abdomen

Vómitos

Nauseas

Pérdida de apetito

Fiebre inferior a 38.5ºC.

Esta es la sintomatología que se da en, aproximadamente, la mitad de los pacientes.

Síntomas en función de su localización

Pero, cuidado, porque la localización del apéndice es un factor de vital importancia. En función de su situación, los síntomas de la apendicitis variarán, por lo que se deberá tener en cuenta las siguientes claves:

Si el apéndice apunta hacia…

Atrás: puede presentarse como dolor de espalda, dorsal o lumbar.

Hacia la pelvis: el dolor se dará en la zona del pubis.

Dicho esto, la experta asegura que aunque en ciertas ocasiones nunca se lleguen a dar los síntomas más comunes, a lo largo de las horas el cuadro comienza a dar la cara. El problema es que esto es una urgencia y el tiempo con el que se cuenta es crucial.

Factores diferenciales

Se estima que alrededor del 6% y el 7% de la población padecerá apendicitis a lo largo de su vida, pero ¿Se puede ser más propenso a padecerla? ¿Es la edad o el sexo determinante en ello?

Edad

Expertos explican que aunque pueda presentarse a cualquier edad, es más o menos frecuente según las etapas.

Es poco frecuente en menores de dos años.

El pico máximo se encuentra en el rango de edad entre los diez y los treinta años, supuesto en el que se opera al mayor número de pacientes.

Sexo

En lo referente al sexo, las estadísticas señalan (aunque de forma muy sutil) que hay una menor incidencia en el caso de las mujeres: en torno al 6% en mujeres y el 8% en hombres. Pero, en realidad, no hay evidencias claras sobre la existencia de un factor hormonal determinante en lo referente a la patología.

Lo que sí se sabe es que se trata de la urgencia no relacionada con la gestación en sí más frecuente durante el embarazo, dándose en el 50% de los casos durante el segundo trimestre.

¿Es la dieta una de las claves para prevenir la apendicitis?

“Ojalá pudiésemos porque eso ahorraría muchas cirugías y visitas a urgencias”, considera la doctora Rubio.

Los casos de apendicitis son mucho más frecuentes en países occidentales, por lo que se ha intentado investigar si los hábitos y el tipo de dieta (alta en grasa, baja en fibra) ligados a este tipo de vida son influyentes en este sentido.

Lo que se ha sacado en claro es que una dieta variada, con mucha fibra y fruta, puede reducir las posibilidades de padecer la patología, aunque no hay manera de prevenirla.

Parece apendicitis…¿Qué hago?

Si el dolor abdominal no cede en seis horas y no se alivia con analgesia suave (paracetamol), cambia de localización o aparece fiebre, debemos acudir a urgencias.

Procurar no tomar medicación, para no enmascarar síntomas. Evitar a toda costa la automedicación, más aún si cabe en el caso de los antibióticos.

Estas dos ideas deben estar siempre presentes a la hora de abordar la apendicitis desde casa.

Después de todo, tal y como señalan los expertos, esta patología sigue siendo la causa más frecuente de intervención quirúrgica de urgencia, además de contar con una incidencia estable en el tiempo. Conocer la apendicitis más de cerca y saber las claves para actuar en caso de sospecha puede suponer una gran diferencia para el paciente.

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