“Relaciones sexuales cuatro veces por semana”, así reza la supuesta cláusula en el acuerdo prenupcial entre Ben Affleck y Jennifer López que hace un par de meses dio mucha tela qué cortar, a pesar de que no es la primera vez que los famosos derrochan insólita creatividad en sus acuerdos prenupciales.

Hace un par de semanas, las redes sociales se llenaron de memes, algunos hilarantes, mostrando a Affleck exhausto después de solo unos pocos días de su boda con la cantante. En medio de lo gracioso que puede resultar, es inevitable preguntarse cuánto sexo es demasiado en una relación; cuánto es insuficiente y, en definitiva, si realmente existe un número que defina una frecuencia saludable para una pareja.

La premisa fundamental para comprender el desarrollo de una relación desde el punto de vista sexual es que cada pareja es diferente. De hecho, la sexóloga Mónica Aranda explica que una relación de pareja es normal siempre que respeten y estén de acuerdo en sus propios acuerdos. “Todo es válido siempre que esté hablado, porque en realidad cada pareja es un mundo”.

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De esta manera, podría decirse que existen tantas respuestas posibles, como posturas sexuales. No todo ocurre entre el misionero y la famosa cowgirl, que tanta inseguridad causa en las mujeres.

Sin embargo, el tema se ha estudiado a profundidad, a pesar de que siempre existe un tabú en torno a la sexualidad, pues se considera importante determinar si ciertamente la frecuencia sexual está relacionada directamente con el nivel de felicidad de la pareja. Un artículo publicado en Ciencias de la Psicología Social y de la Personalidad se plantea si mayor frecuencia se relaciona con mayor bienestar, y la respuesta es que no.

Al analizar tres estudios previos realizados a largo plazo y que sumaban un total de 30.000 participantes, arrojaron algunas cifras interesantes. La primera, que la media de relaciones sexuales declaradas en relaciones establecidas es de aproximadamente una vez a la semana, y que hasta esa frecuencia se asocia con bienestar, equilibrio y mayores beneficios en la relación. Luego, menos de un encuentro sexual semanal sí repercute negativamente en la relación de pareja; y además, hacerlo más de una vez a la semana ya no se asoció con felicidad ni bienestar, aunque, los investigadores no pudieron aclarar por qué.

Otro dato interesante es que cuando en uno de los estudios se les pidió a los participantes que aumentaran la frecuencia sexual, se eliminó la motivación intrínseca de las parejas para mantener relaciones íntimas, por lo cual el sexo fue menos placentero.

Y la gran conclusión de esta investigación es que “aunque una mayor frecuencia sexual está asociada a un mayor bienestar, más no siempre es mejor. Por el contrario, el sexo puede ser como el dinero: solo demasiado poco es malo”.

De hecho, Amy Muise, una de las autoras manifestó que la conexión de la pareja no depende exclusivamente del sexo, sino que son muchos los factores que interfieren y que deben ser trabajados, sobre todo en una época en que las parejas pueden tener muchas responsabilidades, con lo cual sentirse presionados para tener una frecuencia mayor más bien podría resultar estresante.

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Por otra parte, en el portal de Boston Medical Group seque este concepto de la frecuencia ideal es algo que preocupa más a los hombres que a las mujeres, pero lo “normal” realmente depende de distintos factores como la edad, el entorno y tiempo de la relación, siendo este último un marcador interesante pues, generalmente, las relaciones que comienzan pueden tener una frecuencia de una, dos y hasta tres veces por día; luego baja a una media de tres veces por semana, y en la medida que transcurre el tiempo se extiende una vez cada 15 días y hasta una vez al mes.

Podría decirse que la frecuencia, sean las cuatro veces a la semana de la famosa cláusula de Beniffer, o sea una vez a la semana, no debería obsesionarnos, porque es un número que cambia en el tiempo, a veces aumenta, otras veces decrece y que, mientras se mantenga una comunicación clara en la pareja no debería preocuparnos demasiado. Más que de la cantidad, asegurémonos de disfrutar de la calidad.

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