Un nuevo estudio, publicado este jueves en la revista Geophysical Review Letters y dirigido por un equipo internacional de científicos, apunta a que la corteza lunar pudo haberse formado a partir de la congelación de un océano de magma “granizado”.

Los investigadores Jerome A. Neufeld de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y Chloé Michaut de la Escuela Normal Superior de Lyon (Francia) promovieron un nuevo modelo del proceso de la cristalización por el que pasó la superficie lunar, que indica que “los cristales permanecieron suspendidos en magma líquido durante cientos de millones de años mientras el ‘aguanieve’ lunar se congelaba y solidificaba”.

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¿Qué significa?

De acuerdo a los científicos, hace más de medio siglo los astronautas del Apolo 11 recogieron muestras de las denominadas Tierras Altas lunares, unas grandes regiones pálidas formadas por rocas llamadas ‘anortositas’, que aparecieron hace 4,300 y 4,500 millones de años. Los investigadores señalaron que solo un enorme océano de magma pudo haber producido un volumen de anortosita tan grande como el que posee la Luna.

El estudio revela que, cuando el satélite natural de la Tierra empezó su formación, su temperatura era tan elevada que su superficie debía de estar cubierta precisamente por magma fundido. “Desde la era del Apolo se ha pensado que la corteza lunar estaba formada por cristales ligeros de anortosita que flotaban en la superficie del océano de magma líquido, y que cristales más pesados ​​se ​​solidificaban en el fondo del océano”, explicó Michaut.

Sin embargo, se detectó que no todas las rocas lunares poseían la misma composición, desmintiendo “un escenario de flotación donde el océano líquido es la fuente común de todas las anortositas”. La edad de estas rocas lunares suele ser de más de 200 millones de años, dato que no parece encajar con el tiempo de solidificación característico del magma líquido, de aproximadamente 100 millones de años.

“Dado el rango de edades y composiciones de las anortositas en la Luna, y lo que sabemos sobre cómo los cristales se asientan en el magma solidificado, la corteza lunar debió de formarse a través de algún otro mecanismo”, dijo Neufeld.

¿Cuál es la otra versión?

Para determinarlo, los investigadores desarrollaron un modelo matemático y descubrieron que, a medida que la Luna se enfriaba después de su explosivo comienzo, la poca gravedad lunar y la enorme cantidad de cristales de roca fundida podría haber conducido a la creación de la superficie lunar actual.

El estudio señala que la anortosita se pudo haber transformado en una especie de suspensión espesa y pegajosa de cristales, que presenta un aumento de contenido del mismo cerca de la superficie lunar, donde el océano de magma pasa por el proceso de refrigeración. A consecuencia, se creó “un interior fangoso caliente y bien mezclado y una ‘tapa’ lunar rica en cristales que se mueve lentamente”.

“Creemos que es en esta ‘tapa’ estancada donde se formó la corteza lunar, a medida que el derretimiento ligero enriquecido con anortosita se filtraba desde la suspensión cristalina en convección de abajo”, afirmó Neufeld. “Sugerimos que el enfriamiento del océano de magma primitivo provocó una convección tan vigorosa que los cristales permanecieron suspendidos en el magma fangoso, al igual que ocurre con los cristales de hielo en el interior de una máquina de hacer granizados”, señaló Neufeld.

Finalmente, se deduce del estudio científico que las edades observadas en las anortositas lunares sugieren una escala temporal de formación de la corteza lunar de varios cientos de milliones de años.

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