Entre más lanzamientos de cohetes se den en las próximas décadas, mayor será el impacto perjudicial al clima de la Tierra y a la capa de ozono, señala un nuevo estudio que analizó el impacto de los cohetes que queman combustibles fósiles, como el Falcon 9 de SpaceX.

De acuerdo con un grupo de investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), hasta ahora los impactos ambientales de estos despegues se han pasado por alto, pues la contaminación generada en las misiones espaciales es “insignificante” en comparación con otras fuentes. Por ejemplo, la industria de la aviación quema en un año aproximadamente 100 veces más combustible que todos los cohetes lanzados en el mundo.

Sin embargo, el informe señala que estas proporciones podrían cambiar pronto, pues el número de lanzamientos de cohetes se ha visto triplicado solamente en los últimos 10 años, y se espera que la industria siga creciendo en los próximos años.
Las consecuencias de tener cada vez más despegues

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A partir de esta premisa, se analizaron la consecuencias de un aumento en 10 veces el lanzamiento de cohetes a partir de las proyecciones actuales, buscando estudiar el contenido de las partículas de carbono (hollín) en los gases de escape de los cohetes que queman combustibles fósiles.

Actualmente los propulsores inyectan unas 1,000 toneladas de hollín al año en las capas superiores de la atmósfera terrestre, un contaminante que se acumula a gran altura a lo largo de los años absorbiendo calor y provocando el calentamiento de esas mismas zonas de la atmósfera.

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En sus resultados, encontraron que el aumento de diez veces en la cantidad de hollín en la estratósfera cada año, haría que tras 50 años se tenga un aumento anual en la temperatura en esa capa de 0.5 a 2 grados Celsius. También esto representaría que el calentamiento proyectado reduciría la velocidad de las corrientes de chorro subtropicales, las bandas de fuertes vientos que rodean al planeta en el borde de la estratósfera y que tienen influencia en los vientos estacionales (o mozones) de verano en África e India.

Al existir temperaturas más cálidas en la estratósfera, otra consecuencia sería que se degradaría la capa de ozono, reduciendo su protección para impedir que la radiación ultravioleta del Sol llegue a la superficie del planeta.

Incluso se descubrió que el aumento en las concentraciones de hollín en la estratósfera terminaría afectando principalmente las concentraciones de ozono en el hemisferio norte del planeta, especialmente aquellos lugares al menos a 30 grados al norte del ecuador, donde se encuentra México.

Hay alternativas, pero no son

De acuerdo con Space, ya se conocía que los motores de los cohetes sólidos dañan la atmósfera, como los usados en el trasbordador espacial dañan el ozono, pues sus gases de escape contenían cloro.

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