Ángela Gómez, presidenta de SAP México, revela una cifra poco alentadora. “Realizamos una investigación con IDC en la que identificamos que 95% de las PyMes mexicanas no contaban con herramientas digitales”, zanja la directiva. 

En un periodo normal, dice Gómez, estas PyMes se las arreglan para mantenerse caminando, pero cuando se enfrentan a situaciones como la provocada por la pandemia, entonces se descubren muchas áreas de oportunidad. 

“Antes de la emergencia sanitaria, las inversiones de las PyMes se enfocaban en infraestructura, reducción de costos, optimización de procesos; ahora buscan que la tecnología ayude a captar más mercado, clientes, generar experiencias, conocer las tendencias y patrones de comportamiento para ofrecer los productos que son necesarios y trabajar en nuevas soluciones”, dice Juan Francisco Aguilar, general manager en Dell Technologies México.

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La transformación tecnológica es la balsa para salir en camino a la recuperación económica, coinciden los especialistas.

Sin embargo, para las PyMes es normal verse en un escenario en el que necesitan saber cómo establecer una estrategia digital cuando no se ha cimentado una relación con las herramientas y soluciones tecnológicas. 

Para Aguilar, lo más importante es la agilidad, flexibilidad y seguridad. No siempre es posible invertir en una nueva infraestructura, pero para eso se puede recurrir a la nube. Asimismo, sugiere Aguilar, identificar las soluciones que están a la disposición para la industria que nos interesa y buscar esquemas de servicio y que se adapten a nuestro presupuesto.

“El software as a service permite ir creciendo a la par del negocio. Igualmente, se pueden utilizar datos y cruzarlos, reconocer los patrones de consumo de los clientes y tomar decisiones mucho más ágiles basadas en lo que nos ofrece la información”, precisa.

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Gómez es más específica: aconseja identificar cuáles son los procesos manuales que toman mayor tiempo y costo, y en donde el personal podría ser reorientado a tareas que generen más valor para la empresa.

“Lo mejor es acercarse a las empresas especializadas que integran este tipo de soluciones para llegar a una digitalización adecuada, en donde se tomen en cuenta los procesos que se pueden resolver y la tecnología que se requiere en cada etapa”, invita Gómez.

La transformación digital es un tema de velocidad, que no debería llevar seis o nueve meses para la implementación, dice Aguilar, sino, de acuerdo con las circunstancias de cada empresa, funcionar como un trampolín hacia las nuevas tendencias y necesidades emergentes de los clientes y consumidores.

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