La exposición retrospectiva “Leonora Carrington. Cuentos mágicos”, proyecto museográfico que demandó más de un año de trabajo y que involucró a diversas instituciones tanto públicas como privadas, fue presentada hoy aquí por la Directora General del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho.

Explicó que esa modalidad de cooperación permite ofrecer al público diversas muestras extraordinarias fundamentales para su formación estética y su enriquecimiento espiritual, en este caso, a través del homenaje que se le rinde a esta artista, quien encontró en México el terreno fértil para su propia vida y para el desarrollo de su obra.

Destacó que para el público joven será muy importante descubrir, de esta manera integral a Leonora Carrington, a quien tal vez no conocen cercanamente. “Esta ocasión es propicia para que ese sector de la población tenga un primer acercamiento a la artista, y para el público que ya la conoce, una oportunidad para reencontrarla”, dijo.

Camacho mencionó que las 200 obras que componen la muestra retrospectiva, además de la exposición fotográfica y la serie de actividades paralelas que se desarrollarán a lo largo del tiempo que permanezca “Leonora Carrington. Cuentos mágicos” en cartelera, serán elementos para poner a la creadora nuevamente al alcance de todos.

Por su parte, Harold Gabriel Weisz Carrington, hijo de la artista, se pronunció en el sentido de que su madre tuvo siempre una actitud muy particular respecto a la conducta de los hombres, sobre todo cuando ese mundo masculino quería imponerse sobre ella. Sin embargo, siempre tuvo las respuestas adecuadas.

“Ella construyó su propio universo. Eso se dice fácilmente, pero quien puede construir su imaginario sobre pinturas y escritura, es un fenómeno único. Ello sacó su imaginario, tan explosivo y lleno de humor negro a la vez, porque Leonora nunca se tomó en serio, más que en los momentos en que había que hacerlo”, subrayó luego.

En el mismo acto celebrado en el Museo de Arte Moderno, Sylvia Navarrete, directora de ese recinto enclavado en el Bosque de Chapultepec, dijo que hace más de 20 años que se presentó la última retrospectiva dedicada a esa artista de origen británico y que la de ahora, “representa el cierre de las celebraciones por el centenario de su natalicio”.

Recordó que a lo largo de su historia, el Museo de Arte Moderno ha presentado tres exposiciones individuales de Leonora Carrington, la última en 1994, así como 22 colectivas en las que participó su obra, mientras que el Museo del Palacio de Bellas Artes ha celebrado dos muestras individuales de ella, en 1960 y en 2005.

“Leonora Carrington. Cuentos mágicos”, curada por Stefan van Raay y Tere Arcq, integra más de 200 obras de colecciones de México (Museo Nacional de Antropología, Colección Pérez Simón y otras), Estados Unidos (The Metropolitan Museum of Art y The Pierre and Maria-Gaetana Matisse Collection) y otras de Europa.

Tere Arcq aseguró que uno de los puntos nodales de esta exposición es que “por primera vez conoceremos el espíritu de Leonora Carrington plasmado en diversas obras, ya que ella fue una artista total al incursionar en el cine, el teatro y la literatura; la muestra está integrada por pintura de caballete y mural, gráfica y dibujo.

Además, añadió, se podrá apreciar escultura, máscaras y diseños escenográficos, tapetes, fotografías, documentos, libros y objetos personales (muchos de ellos inéditos) los cuales revelan las analogías iconográficas, simbólicas y literarias que nutrieron su imaginario desde la infancia y fundamentaron su energía creativa en la edad adulta.

Dicha exhibición propone una revisión de la carrera de la artista durante un periodo de más de 60 años, con un enfoque que destaca los intereses plásticos, literarios, filosóficos y sociales de Carrington, desde sus inicios como pintora en formación y escritora surrealista en Francia y Nueva York (1937-1942), hasta sus últimos años en México durante la primera década del siglo XXI.

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