Seguramente después de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) que realizará la UV durante las próximas semanas de abril y mayo, la rectora Sara Ladrón de Guevara habrá de tomar medidas respecto a la permanencia o remoción de Rodolfo Mendoza Rosendo en la dirección de difusión cultural de la máxima casa de estudios veracruzana.

Al caudal de problemas, costumbres licenciosas y malos antecedentes de Rodolfo, han venido a sumarse las serias acusaciones de los familiares de Sergio Pitol, en el sentido de que se extraviaron muchas de sus cosas personales, incluso la Medalla del Premio Cervantes de Literatura 2005, que el Rey Juan Carlos de España le impusiera al escritor en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares durante aquel inolvidable mes de abril de 2006.

Y esto no significa que el ahora funcionario universitario tenga en su poder dicha medalla. Lo que sí preocupa, es que abusando de la enfermedad del laureado escritor, Rodolfo y su vida loca hayan permitido que extrañas manos desaparecieran artículos, libros valiosos, recuerdos familiares, fotografías y hasta la medalla en cuestión. Porque todo mundo sabe que Rodolfo tuvo bajo su cargo el cuidado y la salud del autor de El arte de la fuga en sus primeros días en que hizo crisis su enfermedad y hasta la conclusión del nefasto sexenio duartista.

Por lo pronto, los integrantes de la familia Demeneghi que cuidaron a Sergio Pitol durante los últimos meses de su existencia, han presentado una serie de reclamaciones que tienen que ver justamente con Mendoza Rosendo y su descuidada gestión, dizque de protección de la salud, integridad e intereses del Premio Cervantes avecindado por largos años en Xalapa, lugar al que amó entrañablemente.

La sociedad espera que Rodolfo Mendoza Rosendo y los pocos funcionarios y colaboradores que estuvieron cerca o en el domicilio de Pitol durante el régimen duartista, sean requeridos por quien corresponda para aclarar el destino de tales pérdidas o extravíos, si los hubo. Porque no es posible que se especule en la participación de Karime Macías, la célebre dama de la abundancia, como astuta beneficiaria de las dotes intelectuales de Pitol.

Y es que también se habla de pérdidas económicas y pésima utilización de fondos públicos y privados respecto a su obra literaria.

Porque nadie es perfecto y hasta se acepta que el promotor cultural perdiera a menudo la sobriedad, pero lo que no debe tolerarse es que Rodolfo haya perdido la cervantina medalla.

La Universidad Veracruzana debiera hacer las aclaraciones pertinentes y apoyar a la familia. Sergio Pitol y su obra ayudaron a hacer más grande el nombre y prestigio de la institución.

Sara tiene la palabra.

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