José Antonio Flores Vargas
Con un Programa de Reactivación Económica y Desarrollo Productivo para Campeche y Tabasco, el Presidente Enrique Peña Nieto dijo ayer en la ciudad de Villahermosa, que su gobierno tiene como objetivo la protección de la economía de las familias para los estados de Campeche y el anfitrión. Viajó con los miembros más importantes de su gabinete y con industriales del país.
El Titular del Ejecutivo Federal planteó cuatro acciones para “despetrolizar” la economía de esas dos entidades, ubicadas en el sureste de la república mexicana. Lo que llama la atención de ese importante anuncio, es que a pesar de que Tabasco colinda geográficamente con Veracruz, éste último quedó apartado y no fue tomado en cuenta ante este importante y vital anuncio en el sur del país.
Veracruz y Tabasco guardan una estrecha relación económica, agropecuaria, pesquera, petrolera y cultural que no puede soslayarse. Actualmente, el estado de Campeche es gobernado por un joven priista de apenas 41 años de edad, en tanto Tabasco, lo encabeza Arturo Núñez Jiménez, un expriista con una larga trayectoria política en los ámbitos federal y estatal, hoy de afiliación perredista.
Peña Nieto ofreció que va a atender de inmediato la falta de liquidez de las empresas, y que esto se realizará con acciones para la reactivación de micro y pequeñas empresas y otorgará facilidades fiscales para el ISR, IVA, IMSS e INFONAVIT.
El Presidente dijo que lo importante es mitigar la caída de la actividad económica, generando empleos en el corto plazo, para lo cual adelantará programas para el 2017, en especial el de mejoramiento de escuelas, se duplicará presupuesto asignado para 2016 en una reorientación del gasto en estos dos estados; y se permitirá la pesca en la Sonda de Campeche, que son 10 mil kilómetros cuadrados.
La tercera, es promover en mediano plazo, la transformación productiva de la región. El objetivo es potenciar una zona económica especial en beneficio de Campeche y Tabasco y se sumará a las anunciadas anteriormente.
Finalmente, el cuarto punto señala que habrá un esquema de seguimiento y comunicación, que dé certidumbre a los actores económicos y se crearán consejos en cada entidad en los que participarán los sectores empresarial, social y público, para evaluar las medidas y tener una vía de retroalimentación de las actividades económicas de estas dos entidades.
El tsunami económico que vive el país, producto de la caída de los precios internacionales del petróleo, puso en alerta al gabinete de Peña Nieto. La implementación de estas medidas en aquellos estados es un reflejo real de la situación que se vive en México.
Sin embargo, en Veracruz la preocupación por la falta de liquidez, por la falta de pagos, la pérdida de empleos, los señalamientos de corrupción y la inseguridad, siguen siendo una constante y están en el olvido. Por estos rumbos no llegan los rescates de la federación, no se siente el apapacho del águila, a pesar de que por infinidad de medios y gestores, se ha hecho del conocimiento del Presidente de México la situación que vive el estado.
¿Veracruz tiene que ser mejorado o rescatado?, ¿Tendrá que esperar hasta después del 5 de junio? De momento, Veracruz está en el olvido.