Al fijar sus posiciones sobre el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las fracciones de la oposición en el Congreso de la Unión rechazaron el regreso al centralismo y la vulneración a la soberanía de los estados, además cuestionaron la figura de los superdelegados y las consultas populares de la nueva administración.

La mayoría parlamentaria de Morena afirmó a su vez que el relevo presidencial representa, más que la transmisión de poderes, el fin de un “régimen autoritario, corrupto e injusto, así como el nacimiento de una democracia”. Es la inauguración del gobierno del pueblo y para el pueblo, dijo Mario Delgado, coordinador de la bancada lopezobradorista en el Palacio de San Lázaro.

Por conducto del senador Mauricio Kuri, el PAN advirtió que no permitirá la reinstalación del virreinato, ni la supresión del adversario; “hoy sabremos oponernos con absoluta determinación a todo aquello que lastime el interés público y a la sociedad mexicana”, dijo. Por el PRI, el diputado René Juárez sostuvo que México no es ni puede ser un país de caudillos, y tampoco se puede conducir con ocurrencias, arrebatos o caprichos. “30 millones de votos no hacen infalible a nadie”, resaltó.

n voz del senador Miguel Ángel Mancera, el PRD exigió respeto al federalismo y al acto federal, y subrayó que no será obstáculo para la nueva administración. Emplazó a López Obrador a aumentar ciento por ciento el salario mínimo, para fijarlo en 176.72 pesos en 2019, así como a eliminar el impuesto especial y reducir el precio de las gasolinas.

Durante el discurso del tabasqueño, los diputados Lucía Riojas, Carlos Morales y el senador Emilio Álvarez Icaza protestaron con mantas con las frases “No al pacto de impunidad”, “No a la militarización” y “Juicio a Peña”, en referencia a la estrategia de seguridad del Presidente. Los legisladores sin partido denunciaron en redes sociales que no se les permitió hablar en tribuna.

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