La gente de Xalapa empezó a inquietarse hace meses porque a cualquier hora del día o de la noche, observaban transitar camiones pesados y tráileres foráneos o locales por la avenida Lázaro Cárdenas, la ancha y concurrida vialidad que parte en dos a la capital del estado.
Las familias han sido conscientes de que el paso de un vehículo de tales dimensiones por la zona urbana, siempre implica un serio peligro para los numerosos automovilistas que cruzan la ciudad por esa importante rúa de norte a sur y viceversa. Es una avenida metropolitana de más de doce kilómetros que utilizan cotidianamente cerca de 600 mil habitantes de Xalapa, Banderilla y Emiliano Zapata, principalmente.
Y el mayor peligro se encuentra en el tramo que va desde la cresta que se forma en el puente Bicentenario hasta la zona del cuartel militar en Emiliano Zapata (8 kilómetros), tramo que implica un largo descenso entre ambos puntos. Debemos recordar que entre la parte más alta de Xalapa y la más baja, hay una diferencia cercana a los 400 metros de altitud. Esa es la razón que explica la sensible diferencia de climas entre el Cerro de la Galaxia, junto a SEFIPLAN y la zona de la Central de Abastos.
Mayor preocupación se suscitó el día de anteayer, cuando un pequeño funcionario de tránsito, en un afán de demostrar iniciativa e importancia burocrática, mostró más bien incapacidad y estulticia, y enseñó una más de las fallas y desconocimiento en que incurren las autoridades que tienen que ver con Xalapa, el multinombrable alcalde Hipólito Rodríguez, entre ellos.
Y por qué se afirma que es una falla, esa desafortunada información del valeroso elemento de tránsito. Es una falla, porque la posición correcta de cualquiera de los funcionarios municipales o estatales, debiera ser la de prohibir y desalentar el paso de vehículos pesados foráneos por la capital del estado, o locales en horas complicadas, si para eso se construyó durante varios años el libramiento de Xalapa, a un costo multimillonario, y con una destacada participación de recursos estatales.
Justo ese día de la perla informativa del funcionario de tránsito, se recordaba la muerte de una infortunada familia a causa de un fuerte accidente vehicular en dicha avenida, evento en que estuvo involucrada una pipa, por cierto, dando servicio en la ciudad.
Ayer mismo, en la parte más pronunciada de la avenida, en el paso bajo el puente Araucarias, sobre el carril rumbo a Veracruz, se desplazó un largo tráiler sin frenos, ocasionando cuantiosos daños y terror en los automovilistas y viajeros que en ese momento de la mañana pasaban por allí.
Había dicho el hablantín funcionario de tránsito, que vigilarían con celo y suma disposición, que los tráileres sólo pasaran durante las dos “ventanas” acostumbradas o aprobadas, ambas, debe decirse, durante horas de intenso tráfico.
Acaso, será necesario que la exigente ciudadanía xalapeña vaya a pararse enfrente del palacio a obligar a las autoridades a que se pongan a trabajar con responsabilidad y eficacia. O es que esperan que ocurra un grave accidente que deje víctimas y mayores pérdidas económicas, antes de que realicen las gestiones y demandas para que los vehículos pesados utilicen el libramiento sin excepción alguna y durante las 24 horas del día.
Si hace falta, también podrían realizar gestiones ante la SCT. Y no serían tan difíciles, si consideramos que los tres órdenes de gobierno son parte de la Cuarta Transformación morenista.
Porque si no se consigue la restricción vehicular, entonces para qué tenemos un libramiento en la parte noreste de la ciudad.