La catedral de Notre Dame de París, posee una capilla consagrada a la Virgen de Guadalupe, patrona de México desde 1949. 

Venerada no solo en ese país sino en todo el mundo, la imagen fue solicitada desde la década anterior (1939), pero las gestiones fueron interrumpidas por el estallido de la segunda Guerra Mundial.

La réplica de la Virgen de Guadalupe de la catedral parisina posee una corona de oro macizo de 18 quilates, adornada de perlas y esmeraldas, realizada por los joyeros Mellerio, los más habilidosos de aquel tiempo en la ciudad.

En la capilla, en la nace lateral izquierda del templo, puede apreciarse la imagen que se encuentra en el santuario mexicano de Tepeyac.

Fue encargada a la fábrica de mosaicos del Vaticano y bendecida por el Papa Pío XII antes de que viajara a (la imagen) a París. 

Esta capilla es una de las pocas que, en iglesias francesas, rinde culto a una virgen de devoción latinoamericana, si exceptuamos la de Santa Rosa de Lima en la catedral Santa Reparata de Niza y la de la Virgen de la Caridad del Cobre cubana y las patronas de Argentina, Brasil, Colombia y Chile en la basílica de Santa Teresa de Lisieux, en Normandía.

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