Lo designará el Parlamento de entre sus miembros, a propuesta del presidente Miguel Díaz-Canel: Cuba se alista para contar desde este fin de semana con un primer ministro, un cargo que no existía desde 1976, y que la población aún no asimila.

La Asamblea Nacional cumple así el mandato de la nueva Constitución, aprobada en abril, que restituyó el cargo que ocupó Fidel Castro desde 1959 a 1976, cuando pasó a ser presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

La sesión del Parlamento será este viernes 20 y sábado 21. El nuevo primer ministro será “Jefe de Gobierno”, ejercerá su cargo por cinco años, y aunque sea un candidato único que sugiere el presidente, debe obtener “el voto favorable de la mayoría absoluta” de la asamblea, según la ley, lo que se da por descontado.

El nuevo funcionario debe contar además con la aprobación del único y gobernante Partido Comunista (PCC, único), que dirige el expresidente Raúl Castro.

“No sé cuales serán sus funciones, supongo que ayudar al pobre Díaz-Canel que no para, de un lado para otro, queriendo arreglar este país”, dijo María Fernández, una jubilada de casa de 65 años.

Primero, diputado

El propio Fidel, “dado el peso de su figura” fue “un primer ministro sui géneris”, dice el académico cubano Arturo López-Levy, de Holy Names University, California.

“Aunque el presidente, jefe de Estado, era Osvaldo Dorticós (1919-63) y constitucionalmente Cuba siguió siendo un sistema presidencialista, el poder último del país estaba en el jeep de Fidel”, agregó.

Para el pensamiento republicano ilustrado, la existencia de un primer ministro significa una separación de poderes, pero “el premierato propuesto hoy es una separación funcional, dentro del concepto comunista de unidad política” a partir de la existencia de un partido único, considera López-Levy.

El diario Granma explicó la nueva función así: “Lo que se proyecta es que el mismo Jefe de Estado tenga un poder importante y se auxilie del Primer Ministro para el desempeño del Gobierno de la República”.

Díaz-Canel no ha dicho públicamente quien es su candidato o candidata. Podría tratarse de “un gallo tapado”, como se dice en el lenguaje popular al candidato sorpresa, pero tiene que cumplir con los parámetros que establece la Constitución.

El nuevo primer ministro debe ser uno de los 605 diputados de la Asamblea, haber cumplido 35 años de edad, “hallarse en pleno goce de los derechos civiles y políticos, ser ciudadano cubano por nacimiento y no tener otra ciudadanía”.

El premier no sólo será el jefe de los ministros, con capacidad para “designar o sustituir directivos y funcionarios” de la administración central del Estado, sino que también controlará el trabajo de los gobernadores provinciales, otro nuevo cargo restituido por la Constitución.

Cambio de generación

En una Cuba que atraviesa por una transición generacional en el gobierno, resulta difícil hacer pronósticos. En un año y ocho meses de gobierno de Díaz-Canel, buena parte del Consejo de Ministros fue renovado y salieron algunos de los varios generales que acompañaron a su antecesor Raúl Castro en su gobierno.

Sólo quedan tres: el ministro de las Fuerzas Armadas, Leopoldo Cintra Frías; el del Interior, Julio César Gandarilla; y el secretario del Consejo de Ministros, José Amado Guerra.

Junto con la designación del primer ministro, el Parlamento debe ratificar o aprobar a los actuales miembros del gabinete. Son 26 ministerios o instituciones con rango ministerial.

Raúl Castro demostró en su mandato presidencial que no aprueba improvisados, los “dirigentes-probeta”, como los llamó, de manera que la persona designada deberá tener conocimientos y antecedentes de Gobierno.

De los cinco vicepresidentes actuales, el comandante Ramiro Valdés, un histórico de 87 años, forma parte de una generación fundacional de la Revolución, en retirada.

El economista Ricardo Cabrisas, el hombre que ha logrado renegociaciones muy favorables de la deuda externa, está próximo a los 83 años de edad.

Quedan entonces el médico Roberto Morales (52), exministro de Salud y actual miembro del selecto Buró Político del PCC; la especialista hidráulica Inés María Chapman (54) y el economista Jorge Luis Tapia (55), ex primer secretario del PCC en las provincias de Ciego de Ávila y Camagüey.

“Si tuviera que hacer un pronóstico entre esos tres, apuntaría a Jorge Luis Tapia, por el perfil económico combinado con la experiencia que tiene, sin embargo, creo que habría que mirar mas allá, en la propia Asamblea Nacional”, dice López-Levy.

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