La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió hoy que “la complacencia es la mayor amenaza” para los países que están superando la pandemia y advirtió del riesgo de nuevas oleadas en lugares donde se están produciendo concentraciones de personas, en particular las protestas contra el racismo.

“Debemos seguir atentos para que no haya nuevas oleadas, sobre todo porque las concentraciones de gentes se están reanudando en muchos países”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en su rueda de prensa regular para informar de la evolución de la pandemia.

“La OMS apoya la igualdad y el movimiento global contra el racismo y alentamos a los que protestan alrededor del mundo a que lo hagan de una forma segura.  Tanto como sea posible, mantengan al menos un metro de distancia de los demás, lávense las manos y lleven una máscara si participan”, recomendó el jefe la OMS.

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El responsable operacional de la lucha contra el COVID-19, Mike Ryan, recordó que para que haya contagio se requiere haber estado en contacto prolongado con una persona enferma y que, en principio, en manifestaciones multitudinarias “no se cumple la definición de contacto”.

“El riesgo está en la cercanía con persona con síntomas.  Esas personas no deben acudir a ningún tipo de actividad púbica”, enfatizó.

Ryan, director del Departamento de Emergencias Sanitarias en la OMS, recalcó que la gestión del riesgo sanitario corresponde a las autoridades de cada lugar donde se producen las concentraciones.

Tedros comentó que el mundo está ya seis meses inmerso en la pandemia de coronavirus y que “éste no es el momento de quitar el pie del acelerador”.

En otro pasaje de la conferencia de prensa, la líder técnica frente al COVID-19, María Von Kerkhove,  se refirió a que algunos países donde se hace seguimiento a personas infectadas con el virus, pero que son asintomáticas, están reportando que no observa que ellos transmitan la enfermedad.

Según esos estudios “parece que un asintomático no transmitiría” el virus, declaró la experta.

Esto apuntaría a que la mejor estrategia para frenar la expansión de la pandemia podría ser hacer un seguimiento de todos los casos sintomáticos, que transmiten el virus a través de microgotas infecciosas que expelen al toser o estornudar.

“Si nos centramos en ellos y los ponemos en cuarentena realmente reduciremos fuertemente los contagios”, opinó Von Kerkhove.

Ryan comentó también la situación en Latinoamérica, que es “motivo de muchísima preocupación” en la OMS, al acumular ya más de un millón de casos confirmados.

“En América del Sur tenemos la situación más compleja a nivel mundial”, dijo el médico, quien pidió que el mundo preste asistencia a esta región que -en su opinión- tiene la capacidad para salir con éxito de esta situación por su larga experiencia en la lucha contra otras muchas enfermedades infecciosas.

Kerkhove sostuvo que allí se necesitan intervenciones combinadas y que “cada ciudadano sepa cuál es su papel para protegerse a ellos y sus familias”.

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