La gira que realiza por varios países de Europa la señora Beatriz Gutiérrez Müller, en representación del presidente de la república, incluyó a Francia, Italia, El Vaticano, —y de acuerdo con algunos medios—Austria y Alemania. 

El jefe del ejecutivo federal indicó que el viaje se lleva a cabo por motivos culturales orientados a conseguir algunos artículos históricos y arqueológicos (Códices prehispánicos y otras piezas) que se usarán durante 2021 en la conmemoración del Año de la Independencia y la Grandeza de México.

La señora Gutiérrez ya se reunió con la esposa del presidente de Francia, con el mandatario italiano y con el Papa Francisco en la Santa Sede. Acude en su carácter de directora del consejo honorario de la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México y va acompañada de la directora del INAH y otros funcionarios. Cabe recordar que desde el inicio del sexenio, la también escritora e investigadora se negó a aceptar el tratamiento de Primera Dama que consideraba el protocolo y la tradición presidencial de México. 

Aunque la señora esposa de AMLO descartó tal tratamiento, es innegable que en los lugares que acude en otros países, recibe y recibirá los honores y consideraciones que merece una primera dama. Si consigue, o no, las piezas prehispánicas que motivaron su periplo al viejo continente, eso ya será otra historia. Los mexicanos dan por descontado que la representante del gobierno efectuará su comisión con decoro e inteligencia.

Los estilos rompedores e innovadores de Beatriz Gutiérrez, recuerdan aquellos mostrados por la célebre Evita Perón—Eva María Duarte, exactriz y esposa del presidente argentino Juan Domingo Perón, reconocido como uno de los mandatarios populistas que tuvo Latinoamérica a mitad del siglo pasado. Del populismo de su época algunos estudiosos han dicho que fue una forma de incorporación política con rasgos democratizadores y también autoritarios, con formas de representación que llegaron a negar las diversidades de la sociedad, manifestadas en la distopía (anti utopía) de la unidad del pueblo con la voluntad del líder.

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A Eva Perón se le atribuye el reconocimiento del voto femenino en Argentina y en América Latina en 1951. Con la bandera de sus “descamisados” acompañó a su esposo en campaña y gobierno. También lo representó en una gira internacional por varios países de Europa y América. Su ideología y extraordinario manejo de masas generaron años más tarde a un poderoso ícono femenino mundial. El exitoso musical Evita y la composición central “No llores por mí, Argentina”—una frase que ella jamás pronunció—la convirtieron en personaje global gracias al teatro y el cine.

La gira internacional de Eva, apenas concluida la segunda guerra mundial, fue conocida como la Gira Arcoíris a instancias de la prensa Suiza, la que describió su paso por la región como “un arcoíris entre dos mundos, el antiquísimo símbolo de la paz, después de las revueltas temperamentales”. Poco tiempo después en su país, antes de que el cáncer de útero arrebatara su vida a los 33 años, la argentina pronunció estas sentidas palabras en su último discurso frente a miles de personas: “Si este pueblo me pidiese la vida, se la daría cantando”.  

Pero el hecho de que Andrés Manuel se resista al roce con otros mandatarios, es algo que no acongoja a ningún mexicano. Beatriz Gutiérrez Müller, como antes lo hizo Eva Perón, seguirá representando a un presidente que no puede salir del país por insensibilidades políticas y por imposibilidades médicas y psicológicas. 

Y para contrarrestar cualquier agobio y demostrar talento en cualquier escenario del planeta, además de la investidura, que no quiere, aunque se presente como Beatriz Gutiérrez de López Obrador, ella cuenta con alta preparación y con varias composiciones e interpretaciones propias. Una de las más celebradas en YouTube es el tema “Canta, canta”

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