En junio de 2021, la oposición, esa que el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que está “moralmente derrotada”, tendrá su verdadera prueba de fuego. Aunque de acuerdo con especialistas no se prevé que los partidos opositores se hundan o desaparezcan, sí probarán si salen a flote y se convierten en un verdadero contrapeso, o dejan que Morena y la autodenominada Cuarta Transformación (4T) terminen por controlar todo el poder público en el país.

Para Luis Carlos Ugalde, expresidente del otrora Instituto Federal Electoral, la oposición se va a recuperar de manera natural y va a resultar un mayor balance de poder político a nivel nacional y estatal. Y lo explica con una tesis de la “lógica acuática, porque 2018 se trató de un tsunami inédito que, por razones obvias, no se va a repetir”, mencionó. “Entonces cuando el agua baja de nivel, claramente lo que va a ocurrir es que la oposición va a tener una mayor visibilidad”.

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No obstante, el exconsejero presidente advierte que Morena seguirá siendo el partido más votado en 2021, pero mucho menos que en 2018, y por ese solo factor la oposición va a recuperar espacios en las diputaciones locales, en alcaldías. Sin embargo, en las gubernaturas es muy probable que Morena avance. De las 15 que se compiten, en Integralia, la consultora política que dirige, estiman que al menos ganará la mitad.

“En la Cámara de Diputados federal seguramente Morena va a perder legisladores respecto de los que hoy tiene, de tal forma que su hegemonía se va a convertir en predominancia, pero eso va a gestar más balance de poder”, proyecta Ugalde.

En ello coincide el exconsejero electoral Alfredo Figueroa, quien no ve una reducción significativa de la fuerza de los partidos de oposición, porque vemos un desgaste muy evidente del partido político en el poder, de lo que hoy sería el oficialismo, y eso también va a traer consecuencias. Si todo sigue como hasta ahora, añade, lo que veremos es una disminución de la presencia en la Cámara de Diputados del actual régimen y un crecimiento de los partidos de oposición.

Un factor clave para el destino que tendrá la oposición es la conformación de alianzas.

El 5 de diciembre el Consejo Nacional del PAN aprobó la posibilidad de establecer coaliciones con las demás fuerzas políticas del país, excepto Morena, para las elecciones intermedias de 2021. Para la Cámara de Diputados, se sabe ya que PRI, PAN y PRD llegaron a un acuerdo para postular candidatos cumunes y actualmente se encuentran negociando el número de distritos en los que irán juntos, aunque se estima que sean al menos 100.

A nivel estatal ya se anunciaron algunos acuerdos para ir en alianza rumbo a las gubernaturas, como es el caso de Tlaxcala, donde PAN, PRI, PRD y los partidos Alianza Ciudadana (PAC) y Socialista (PS) anunciaron lo que será la coalición denominada “Unidos por Tlaxcala”.

En Nuevo León, la alianza solo será PRI-PRD. Y a nivel local está el caso de San Luis Potosí, donde las dirigencias estatales de PRI, PAN, PRD y el Partido Conciencia Popular registraron ante el organismo electoral local la coalición “Sí, por San Luis Potosí” para las diputaciones locales y presidencias municipales. Sin embargo, la anunciada alianza entre partidos, otrora acérrimos adversarios, como el tricolor y el blanquiazul, podría resultar contraproducente.

El exconsejero Figueroa apunta que la alianza opositora para la Cámara de Diputados “se trata de una lógica que conviene mucho al actual régimen y poco a los partidos políticos que integran esa coalición”.

El hoy analista en temas político-electorales considera un error el movimiento, si lo que quieren es ser más competitivos en el proceso electoral, por una razón contundente: “El relato político del actual presidente de la República y su partido es una apuesta por decirle a la gente si creen que debe volver el PRIAN. Es un relato político vinculado a ‘¿quieres que sigamos nosotros o que venga la corrupción del pasado a gobernar?’”.

El que se desarrolle una coalición entre partidos que antes fueron adversarios, como es el caso del PAN y del PRI, es darle corporeidad a partidos que no se reformaron y que hoy irán juntos a las urnas, añadió el especialista, construyendo exactamente el tipo de sujeto político con el que el presidente quiere contender en la elección, para tener una contienda polarizada, entre el pasado y el presente.

Y en efecto, López Obrador ha dado muestra clara de lo dicho por Figueroa. En su conferencia matutina del 7 de diciembre, el mandatario federal señaló: “Sí genera cierta satisfacción tener la razón, en este caso no duele tener la razón, siempre sostuvimos que (PRI y PAN) eran lo mismo (…). Ya quedó al descubierto que son lo mismo, defienden la misma política antipopular, entreguista, se unieron para imponer el modelo neoliberal”.

“Es un hecho, la verdad, histórico, porque oficialmente se únen el PRI y el PAN. Antes se daba de facto la alianza, de hecho, pero ahora es legal, formal. Sí es interesante, ¿no?”, insistió.

El líder nacional de Morena, Mario Delgado, refuerza esa idea en sus discursos. Un día antes, el 6 de diciembre, señaló que “en el 2021 vamos a extirpar la perversa alianza electoral del tumor conformado por PRI, PAN y PRD. Celebramos que por fin se quiten la máscara, mostrándose como lo que son: conservadores que representan al neoliberalismo rancio, culpable de la desigualdad y la injusticia en México”, dijo.

Respecto de la crítica al PRIAN y el discurso de López Obrador y Morena, Ugalde asegura que para muchos esta alianza contra natura entre el PRI y el PAN es explicable por un bien superior, que es generar contrapesos, y para López Obrador es la confirmación de su teoría de la conspiración.

“Pero si tú aplicas la misma lógica a que Morena está haciendo una alianza con el Partido Verde, eso es aún más contra natura. El Verde fue aliado de Enrique Peña Nieto y del PRI de Roberto Madrazo, durante 20 años. En 2018 fueron en alianza con José Antonio Meade; el Partido Verde aprobó todas las reformas estructurales que hoy el Presidente denuncia como fruto de la corrupción”.

Ugalde agregó que López Obrador aseguró que Morena era diferente, pero se está aliando también con Nueva Alianza –partido que sigue existiendo en algunos estados–, a quien el propio mandatario acusó de fraude en 2006. “Entonces la misma crítica que aplica para PAN y PRI aplica al doble para Morena, porque Morena es un partido nuevo, es el partido en el poder y está haciendo alianza con los herederos del neoliberalismo”.

En ello coincide Figueroa, al destacar que la lógica del presidente y sus aliados es hacer también alianzas “bastante impresentables”, como la que se prevé con el Verde, “que es sin ninguna duda uno de los partidos más corruptos en la historia política del país”.

Ugalde, en tanto, observa que las alianzas van mejor de lo anticipado y considera que en la mayor parte de los estados donde se elige gobernador irán en alianzas, salvo casos como el de Querétaro y Chihuahua, donde el PAN siente que por sí mismo puede ganar.

Y quitando Nuevo León, donde solo se unieron PRI y PRD, en el resto de los estados donde hay cambio de gubernatura es probable que vayan en alianza PRI, PAN y PRD, anticipa Ugalde.

El especialista señala además la coalición flexible que se está ‘cocinando’ para elegir diputados federales. De tal suerte, apunta, que si hoy la oposición tiene 180 diputados, en 2021 quizá aumente 50, 60 o 70 diputados. “Seguramente así será, eso ya le da un 50 por ciento de la Cámara, lo que es un cambio significativo. ¿No repunta para ser la mayoría? No, pero sí para tener más fuerza en las decisiones del Congreso”.

Tanto Figueroa como Ugalde advierten que un factor determinante en 2021 va a ser el terreno local. El primero hace ver que, en términos históricos, estas son el tipo de elecciones que terminan teniendo un gran impacto en lo federal. El primero estima que habría candidaturas que, si son capaces de expresarse y de poner en escena los proyectos políticos que tienen en cada una de esas entidades, pueden, sin necesidad de coaliciones, ser competitivas.

“Y eso es la disputa entre lo local y lo federal, porque si en esos lugares se toman buenas decisiones respecto de candidaturas, incluso externas a los partidos, puede haber un avance muy significativo de esos partidos que los apoyen, puede ser el PRI, puede ser el PAN, el PRD, MC…”, señaló.

Mientras tanto, Ugalde indicó que la lógica en lo local dista mucho de la federal, pues a nivel de gubernaturas y alcaldías “hay candidatos del PAN, del PRI, que pueden ser muy atractivos, muy buenos, muy populares, y creo que eso puede hacerlos ganar”. Mencionó, por otra parte, que también a nivel local los cuadros de Morena están muy desgastados, “porque han probado ser más de lo mismo, gente incompetete, algunos corruptos, entonces eso puede hacer que la oposición gane a nivel local”.

En lo que ambos analistas coinciden plenamente es en que el avance o no de la oposición estará en buena medida en función del tipo de candidatos que elijan.

“Vamos a vivir una elección de candidaturas. La opción que le va a quedar a la gente, más que votar por partidos de oposición, va a ser la de votar por candidatas y candidatos que sean la expresión de un cambio político respecto del estatus actual”, advirtió Figueroa y añadió que la opción que puede hacer que crezcan esos partidos va a ser si la selección de candidaturas es consecuente con personas que presenten creíblemente un proyecto diferente del que hoy gobierna la República, personas que den confianza al alectorado. Si esto no ocurre, si solo hay un acomodo de los grupos al interior de los propios partidos o de las coaliciones, la oposición no tendrá muy buenos resultados.

Ugalde insistió en que si bien la estimación es que Morena gane al menos la mitad de las gubernaturas en juego, hay un factor que podría ser adverso para el partido oficial, y es precisamente la selección de candidatos, muchos de los cuales militaron en los otros tres principales partidos del país. Y pone algunos ejemplos: “En Chihuahua, Cruz Pérez Cuéllar, el precandidato puntero por parte de Morena, es expanista, fue presidente del PAN en el estado. En Nuevo León, la precandidata puntera (Clara Luz Flores) fue priista hasta hace cinco meses”.

Aún falta por definir candidaturas en varios estados más las que eventualmente van a acordar los partidos para la Cámara de Diputados, pero lo cierto es que el juego ya comenzó y la polarización está calentando el ambiente.

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