Una disminución de la actividad sexual es otro de los efectos colaterales de la pandemia de Covid-19 en México, según un reciente estudio, que mostró que el virus y las relaciones íntimas no son una buena combinación.
El sondeo, realizado por la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (AMSS), arrojó que 43.08% de los habitantes de esta nación, una de las más golpeadas por la peste, revelaron tener menos actividad sexual que antes de la crisis sanitaria.
Sólo el 52,78% afirmó que no ha registrado ningún cambio en este ámbito, mientras apenas el 4,14% reveló un aumento.
El relevamiento, que incluyó 1, 785 participantes de 18 a 80 años, de los cuales 66% fueron mujeres y 33% hombres. Un tercio (33.5) dijeron ser casados, una séptima parte (15.26%) en unión libre y uno de cada 12 (8.3 divorciados).
México acumula más de 1,4 millones de casos positivos y casi 127.000 muertes por Covid-19, ubicándose en el “top ten” mundial de naciones con más fatalidades, lo que para expertos refleja un mal manejo de la situación.
La tensión, ansiedad, nerviosismo, estrés e incertidumbre sobre el futuro es una especie de lápida que anula o bloquea cualquier deseo placentero en la cama, a juicio de los especialistas.
“La pandemia genera mucha tensión en nosotros y eso hay que entenderlo”, afirmó Eusebio Rubio, especialista en Sexualidad humana y líder de la AMSS.
“Es muy lógica” la disminución de la atracción física, si la pareja se queda en otro lado y no puede salir”, pero “otra cosa es que baje la conducta sexual con la presencia de la pareja”, señaló.
Para los expertos, el placer sexual, acompañado del ejercicio físico, la alimentación y el cuidado del sueño, tiene un gran significado en el contexto de la pandemia, de acuerdo con Karla Urriola, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
Hay otras circunstancias que, en el marco de la larga cuarentena, inhiben todo contacto íntimo, como la presencia de los niños todo el tiempo en casa, los cuales son muy demandantes, porque necesitan ser acompañados durante las clases a distancia y ya no sólo a la hora de hacer los deberes.
A veces las relaciones sexuales se reducen a simples caricias, roces y algunas escapadas furtivas en el baño de la casa.
“Sí tengo privacidad, pero la cultura de mi casa desde que eran niños es de puertas abiertas por cuestiones de convivencia, no me siento igual de relajada”, afirmó una mujer de 50 años, no identificada, que tiene tres hijos y se dedica de tiempo completo a atender el hogar.
La sexóloga Rocío García, de la organización Xochiquétzal, señaló que, a mayor contacto personal entre las parejas, más lejanía se da en las relaciones físicas.
Las condiciones en que viven las parejas, es decir, si están solas o tienen hijos, influyen decisivamente en la conducta sexual.
Por ejemplo, 43.21% de las parejas con hijos y 43.81% de las que conviven con más miembros de familia, sienten que la privacidad empeoró o es mucho menor que antes del confinamiento, según el estudio.
En el caso de la pornografía, su uso se elevó 36.80% en el caso de los hombres y 27.50% en el de las mujeres desde que comenzó la crisis sanitaria, que en México ha arrojado una estela de dolor y sufrimiento, con casi 1. 4 millones de casos y más de 122 mil muertes.
Durante el confinamiento, han emergido otras vías no ortodoxas, para etiquetarlas de alguna manera, para mantener “viva la flama del deseo” como las herramientas tecnológicas, entre ellas el sexting y las videollamadas sexuales, que son una especie de sucedáneo.
Las videollamadas aumentaron 37.7% y 39.3% en hombres y mujeres, respectivamente, siempre de acuerdo con el sondeo.
Uno de los aspectos más preocupantes que asomaron durante estos tiempos difíciles es que el sexo violento registró un incremento, según la AMSS.
En este sentido, al menos 7,60% de las mujeres encuestadas reportaron que fueron “tocadas sin su consentimiento”.