Las cosas van de mal en peor en México, una de los países más castigadas por la pandemia global de Covid-19, luego que estableció una nueva marca de contagios y muertes en un solo día, al contabilizar 13, 345 casos y 1,165 fallecimientos.
La tenebrosa cifra llega cuando el país inicia la larga y penosa travesía de vacunar a por lo menos 100 de sus 129 millones de habitantes, pero hasta ahora apenas ha logrado inocular a un poco más de 50,000.
Las cosas podrían cambiar drásticamente en los próximos días, por cuanto para el próximo martes aguarda la llegada de 420,000 dosis de la farmacéutica estadounidense Pfizer.
México, el lugar número 13 entre los países que iniciaron el proceso de inmunización, espera para fines de este mes terminar de proteger a los trabajadores que laboran en la principal trinchera en la lucha contra el Covid-19, pues completará la recepción de 1.4 millones de dosis de la compañía.
Los especialistas de la secretaria de Salud atribuyeron el nuevo pico de casos y fatalidades al “efecto navideño”, por cuanto, a dos semanas de la Nochebuena, que reúne tradicionalmente a muchas familias, que superan a veces con mucho las 10 personas establecidas como límite.
México, segundo en América Latina con mayor cifra de muertes, acumula 131 mil 31 defunciones y millón 493 mil 569 casos confirmados.
Aunque los 13 mil 734 reportados en un solo día no corresponden a un período de 24 horas, sino incluyen también reportes extemporáneos, no deja de llamar la atención que se salga de la tendencia registrada hasta ahora.
Actualmente, existen 81 mil 652 casos activos estimados, repartidos sobre todo en más de un tercio (12) de los 31 estados, pero concentrados la mayoría en la Ciudad de México y su zona adyacente, que corresponde al estado de México.
En esta vasta región, asiento de más de 21 millones de habitantes, conseguir una cama de hospital equivale a sacarse la lotería.
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Los medios informativos locales a diario reportan el “via crucis” de numerosas personas que deambulan de un centro médico a otro, con su enfermo a cuestas, a veces al borde de la asfixia, en busca de atención urgente.
La secretaria de Salud señaló que ya estaba previsto que ocurriera este pico “a la llegada de la temporada invernal”, pero los expertos creen que un disparo de esta magnitud no lo contemplaban ni las predicciones más fatalistas.
La positividad de la epidemia, que transita en su semana 52, continúa en 42%, mientras la letalidad asciende al 6%, el doble de la media mundial.
Aunque la ocupación hospitalaria nacional promedio es de poco más de 55%, en la capital mexicana y en cinco estados más (México, Hidalgo, Guanajuato, Nuevo León y Baja California), en la mayoría de los hospitales no hay lugar para ni un solo enfermo más.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que cuenta con el sistema hospitalario público más grande del país, y atiende a 6 de cada 10 de sus habitantes, señaló que se propone una política de “cero rechazo” en sus establecimientos médicos, pero en la práctica esto es imposible.
El organismo aspira a “poder ofrecerle una cama de hospital y personal para la atención a todos”, aunque no sean afiliados, señaló en un comunicado oficial, al indicar que “lo vamos a seguir haciendo” pero dijo que si no se cuenta con el apoyo de la gente “quedándose en casa entonces nunca será suficiente”.
Este fin de semana terminará en teoría la larga cuarentena de 23 días impuesta en la zona metropolitana de la capital, pero la mayoría de los expertos apuesta a que se prologará por varias semanas más por cuanto la curva de casos y de fallecimientos no cede, sino tiende a aumentar.
El propio gobierno del estado de México, al que pertenecen la mayoría de los sobrepoblados municipios de la metrópoli, anticipó que “seguirá el color rojo” hasta el día 17 por lo menos.
El secretario de Salud local, Gabriel O’Shea, señaló que “seguimos teniendo un incremento en pacientes hospitalizados”, a pesar de que “se han desacelerado un poco” los internamientos.