Una mujer que transitaba por una calle de la ciudad rusa de Penza se salvó por segundos de ser golpeada por un enorme pedazo de hielo que se desprendió del tejado de un edificio. El hielo cayó justo delante de ella, casi sobre sus pies, de manera que habría causado heridas a la transeúnte si esta hubiera caminado algo más rápido.

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Por supuesto, lo ocurrido tomó por sorpresa a la mujer, que, aunque se detuvo para mirar hacia el tejado para entender qué había pasado, rápidamente continuó su camino como si nada.

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