Rusia advirtió que tomará represalias contra cualquier sanción que el gobierno estadounidense pueda tomar en reacción al encarcelamiento del activista anticorrupción Alexei Navalny, quien fue encarcelado, con una pena de casi tres años, el pasado martes 2 de febrero.
Moscú se enfrenta a la indignación internacional por su trato a Navalny, quien durante mucho tiempo ha sido acosado por las fuerzas del orden y los leales al Kremlin por su campaña contra la dictadura del presidente Vladimir Putin y por denunciar la corrupción de ese gobierno.
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Navalny regresó a Rusia en enero luego de haber vivido varios meses en Alemania, donde se recuperaba de un intento de asesinato por parte del servicio secreto ruso. A su regreso fue arrestado por haber violado la libertad condicional que le concedía una sentencia anterior de lavado de dinero, acusación que, de acuerdo con el activista, fue un delito montado para desprestigiar su postura política.
Su encarcelamiento provocó una ola de protestas en Rusia y miles de arrestos por los disturbios frente al tribunal de Moscú, donde Navalny fue sentenciado esta semana.
En Estados Unidos, la administración del presidente Joe Biden se ha pronunciado en contra del arresto y del encarcelamiento de Navalny. Algunos legisladores, incluido el senador republicano Mitt Romney, están presionando para que la Casa Blanca imponga nuevas sanciones al Kremlin.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, María Zakharova, advirtió que cualquier acción de este tipo se contestará con represalias. “Las medidas razonables y pacíficas siempre serán más útiles y efectivas”, dijo Zakharova al canal Soloviev Live de YouTube, según la agencia de noticias estatal Tass.
“Habrá represalias (por parte del gobierno ruso)”, dijo. “Especialmente si hay medidas asimétricas o desproporcionadas, pues Estados Unidos estaría cruzando la línea roja y sus acciones se percibirían como impunidad absoluta”.
Actualmente, Rusia recibe sanciones estadounidenses por su invasión a Ucrania, su intromisión en elecciones democráticas en otros países y sus intentos encubiertos de asesinato contra disidentes en el extranjero.
Moscú ha calificado dichas medidas como “rusofóbicas” y sin fundamento. Respecto al caso Navalny, la vocera recordó que el gobierno estadounidense ha amenazado con posibles sanciones desde hace seis meses, pero las calificó de excusas. “No las necesitan. Siempre las encontrarán e inventarán”, advirtió.
Ante la detención del activista, en Estados Unidos, el secretario de Estado Antony Blinken emitió un comunicado pidiendo a Moscú liberar de forma “inmediata e incondicional” a Navalny, así como a los cientos de otros ciudadanos rusos detenidos injustamente, en las últimas semanas, por ejercer sus derechos de libertad de expresión y de reunión pacífica.
“En tanto trabajamos con Rusia para promover nuestras convicciones, también nos coordinaremos con nuestros aliados y socios para responsabilizar a Rusia por no defender los derechos de sus ciudadanos”, agregó Blinken.
A pesar de las manifestaciones provocadas por el arresto de Navalny, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró este miércoles que estos disturbios no incidirán en la política nacional. El país se está preparando para los próximos comicios parlamentarios, en donde el partido Rusia Unida de Putin buscará registrar una victoria contundente.
“La situación política en el país es bastante multifacética”, dijo Peskov a los periodistas, según Tass. “El país se prepara para las elecciones parlamentarias en septiembre. Se llevan a cabo muchos procesos diferentes. Se forman nuevos partidos políticos. Este es un proceso muy multifacético, por lo que es poco probable que haya un efecto significativo”.