Con vistas inigualables a los bosques de encino de la Sierra Madre Oriental y exponente del complejo pasado prehispánico del hoy estado de Tamaulipas, el sitio Balcón de Montezuma, a solo 45 minutos de Ciudad Victoria, es el quinto motivo de la serie de la Lotería Nacional dedicada a las zonas arqueológicas del país y el protagonista del Sorteo Zodiaco No. 1515.

En el marco de 2021, “Año de la Independencia y la Grandeza de México”, la Lotería Nacional, en conjunto con la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México y la Unión de Secretarios de Turismo de México AC, hace posible la emisión de 32 billetes que celebran el patrimonio cultural de la nación.

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Balcón de Montezuma aparece en el billete del Sorteo Zodiaco No. 1515, el cual reparte una bolsa de 24 millones de pesos y cuyo Premio Mayor es de 7 millones de pesos. El sorteo será el domingo 7 de febrero en el Edificio “El Moro”, sede de la Lotenal, a las 20:00 horas, y podrá seguirse en vivo a través de la liga: https://www.youtube.com/user/VideotecaLotenal.

Sobre este billete, la directora del Centro INAH Tamaulipas, Tonantzin Silva Cárdenas, explica que Balcón de Montezuma forma parte de una tradición cultural denominada “Complejo Pueblito”, ubicada en la franja que enlaza las grandes áreas culturales de Mesoamérica y Aridoamérica, donde se forjó una agricultura frecuentemente asociada a grupos de cazadores-recolectores.

Se trata, dice, de un desarrollo particular, el cual si bien guarda algunos elementos culturales y poblacionales que lo acercan a las culturas del norte de México y sureste de Estados Unidos, como el uso de cuevas como recintos funerarios, los artefactos líticos o las pipas de barro, este puede considerarse un antecedente ineludible para comprender la evolución de pueblos mesoamericanos de los periodos Clásico (200-1000 d.C.) y Posclásico (1200-1500 d.C.) en la zona como los huastecos y pames e, incluso, con elementos que aún se preservan en estos grupos indígenas en la actualidad, como la alfarería o el sistema constructivo de las llamadas “casas huastecas”.

Sobre el nombre del sitio, el investigador del Centro INAH Tamaulipas, Carlos Vaenueth Pérez Silva, aclara que Balcón es una forma de nombrar a un mirador natural, mientras que Montezuma es un vocablo local que alude a ruinas antiguas o espacios sagrados, (kanté kamuús, entre los pames septentrionales). En este caso, a un centenar de basamentos de piedra caliza y planta circular que debieron sustentar casas de materiales perecederos: techos de palma y paredes de ramas, recubiertas con lodo.

El área abierta a la visita comprende dos plazas integradas por espacios amplios y cerrados, donde se discutían los asuntos públicos, y en cuyo alrededor se distribuye una serie de basamentos circulares de elevación variable, es posible que los de menores dimensiones (bajos y de 1 metro de diámetro) cumplieran la función de altares.

Otra de las estructuras importantes es la llamada Gran Escalinata, conformada por 86 peldaños —los cuales, en realidad, podrían ser terrazas—, que se halla en la pendiente oeste; de ahí debió extraerse la piedra caliza utilizada para la construcción de los basamentos, a la par que se diseñaba el acceso principal del asentamiento.

Pérez Silva destaca las exploraciones encabezadas por el arqueólogo Richard S. MacNeish, quien propuso la tradición cultural “Complejo Pueblito”, la cual se extiende en la Sierra de Tamaulipas y del cual Balcón de Montezuma es parte. Asimismo subraya las investigaciones en la Sierra Madre Oriental, relacionadas con los inicios de la agricultura (5000 a.C.) y la ocupación sedentaria temprana (1400 a.C.).

Los trabajos pioneros realizados por los investigadores Jesús Nárez Zamora y Araceli Rivera Estrada, hace tres décadas, permitieron ubicar una etapa de ocupación de Balcón de Montezuma, contemporánea a los periodos Formativo Tardío y Clásico, entre el 0 y el 900 d.C. No obstante, insiste Pérez Silva, el sitio puede tener una ocupación de mayor antigüedad.

“De ahí la importancia de seguirlo explorando, pues no descartamos que pueda encontrarse evidencia, por lo menos, a partir de 600 a.C., pero debemos corroborarlo. Su ubicación geográfica es clave pues se sitúa en un punto de la sierra que comunica el actual norte del estado de Tamaulipas y la región Huasteca.

“Sitios como Balcón de Montezuma, mantuvieron relaciones con pueblos de la planicie costera y el Altiplano norteño, incluida la parte de San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León y hasta Texas; y no podemos señalar un periodo de apogeo como tal, porque la serranía jugó un papel importante casi de forma permanente y mantuvo comunicación con otras áreas hasta la época del contacto español. Por los estudios de materiales se ha determinado que estuvo ocupado desde el 0 a 900 d.C., y de 1200 a 1500 d.C.”, sin embargo, es posible también una ocupación más temprana.

Por último, el antropólogo físico Jesús Ernesto Velasco González relata que, producto de la erosión del suelo, en la última década se han rescatado alrededor de ocho entierros humanos a lo largo de exploraciones de rescate en Balcón de Montezuma, principalmente en la parte norte del sitio, en algunos basamentos como los denominados 6 y 18.

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