Este jueves EE.UU. lanzó un ataque aéreo en Siria, cerca de la frontera con Irak, contra instalaciones de milicias respaldadas por Irán.
La acción fue autorizada en respuesta a una serie de recientes ataques contra posiciones estadounidenses en Irak.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, señaló que el bombardeo sirvió como una advertencia a Irán. “No pueden actuar con impunidad. Tengan cuidado”, aseveró el mandatario.
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La vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, defendió la decisión, señalando que “fue necesaria para abordar la amenaza y fue proporcional a los ataques anteriores”.
A su vez, Teherán condenó la acción, calificándola de “agresión ilegal” que viola el derecho internacional. Rusia también expresó su desacuerdo y llamó a respetar la soberanía y la integridad de Siria.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, lamentó que el Ejército ruso fuera advertido del inminente ataque solo con unos minutos de anticipación.