Francisco Berlín Valenzuela*
La sociedad veracruzana está confundida por la existencia de tantas organizaciones políticas, incapaces de definir sus candidaturas y clarificar su participación clara en el próximo proceso electoral. Está convencida que sus dirigentes están actuando con un manifiesto infantilismo político (persistencia de caracteres físicos y mentales propios de la infancia en la adolescencia o en la edad adulta) Piensa por lo tanto, que hoy más que nunca, tiene que demostrar su madurez cívica y tener presente que si se quiere una nueva política en México, hay que dar oportunidad a candidatos diferentes, con modernas y viables ideas del quehacer público.
Cierto es, que los partidos políticos han incrementado su número y provocado una gran confusión en la ciudadanía, al estar fomentando el mercadeo y la mercantilización de candidaturas, con personas ajenas a su militancia, provenientes de otras organizaciones políticas, con tal de que paguen el precio asignado a los cargos a elegir.
Es un contrasentido pensar que políticos que han defraudado al pueblo con sus actos corruptos y poco éticos, busquen el apoyo de otros partidos, pensando que así limpian su desprestigiada imagen pública e insistan en participar en el actual proceso electoral. Llega a tal grado su convicción de que no han logrado penetrar en la ciudadanía, que algunos de ellos han eliminado de sus siglas el nombre de partidos, adoptando denominaciones como movimientos, encuentros o redes sociales.
¿Cómo es posible que quienes fueron malos presidentes municipales, pésimos diputados federales y locales, quieran volver a ocupar otros cargos públicos, animados tan sólo por sus conveniencias personales o de grupo, careciendo de la emoción de querer servir a sus semejantes? Sin embargo, hay que reconocer que afortunadamente existen honrosas excepciones, integradas por hombres que conservan una prestigiada imagen pública, los cuales cruzaron el pantano de la administración pública sin mancharse.
¿Acaso piensan los pretendidos aspirantes, que los electores carecen de memoria y que ya se olvidaron del triste y deshonroso papel que hicieron como funcionarios gubernamentales y representantes populares, contribuyendo a la degradación de la política?
Al concurrir a las urnas, los votantes, no deberán olvidar estas reflexiones al emitir su sufragio.
¡Basta ya de seguir burlándose del pueblo!
Cómo especialista en Derecho Electoral, sin pertenencia a ningún partido, debo expresar con pena lo anterior, ya que siempre he sostenido que las elecciones son el instrumento normativo de la democracia y que es preferible su existencia a su carencia en un régimen político, pues a través de ellas se escoge libremente a los gobernantes, a fin de justificar la concurrencia del pueblo a las urnas a votar.
A pesar de todo, debo insistir que por encima de los muchos males de la práctica política en Veracruz y en México, debemos ir a elegir -consciente y razonadamente- a nuestros representantes populares el próximo 6 de junio.
*Autor de libros sobre Derecho Electoral, Derecho Parlamentario y Partidos Políticos.