Quien elige el club Mar-a-Lago para celebrar la cena de su boda quizá imagina que el dueño del lugar, el expresidente Donald Trump, podría regalarles unas palabras a los recién casados, siempre que ellos estén ciertamente en sintonía con el talante del exmandatario.
Pero lo que sucedió el pasado sábado posiblemente excedió las expectativas de los recién casados John y Megan Arrigo, y de sus invitados que departían luego de su boda en el resort de Trump en Palm Beach, Florida.
Durante el banquete de la boda de los Arrigo, Trump en efecto tomó el micrófono para exaltar a la pareja recién casada. Pero antes, como se ve en un video difundido por el portal TMZ y tomado por un asistente a ese evento, el expresidente emitió una letanía de quejas, críticas y teorías conspirativas que no solo están fuera de lugar en el contexto de una intervención durante una boda (en la que los protagonistas son los novios y no el ególatra expresidente) sino que reinciden en falsedades y distorsiones que han sido ominosas para el país.
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“Ustedes saben… Acabo de ver las noticias y recibí todos estos reportes que me hablan sobre la frontera, me hablan sobre China y sobre Irán… ¿Qué estamos haciendo frente a Irán, les agrada eso?”, dijo el expresidente ante un salón lleno de invitados a la boda pero que él, quizá, asumió como una reunión más de sus simpatizantes. Y ciertamente varios reían mientras hablaba el expresidente.
“Ellos [los iraníes] estaban listos para hacer un trato, habrían hecho cualquier cosa… y este tipo [¿Joe Biden?] llega y levanta las sanciones y entonces dice ‘nos encantaría negociar ahora’ [a lo que Irán responde] ‘nosotros no negociamos con Estados Unidos para nada… Oh, bueno, ellos no quieren negociar con nosotros”.
Trump presumiblemente aludía a los esfuerzos del gobierno de Biden de reactivar las negociaciones sobre Irán en relación a su programa nuclear (durante su presidencia, Trump se retiró del acuerdo multilateral que se había logrado al respecto durante la administración de Obama) y si bien es incierto si se darán tales negociaciones, como se comenta en Politico, el comentario de Trump es simplista y omite que desde la salida de EEUU de ese acuerdo Irán ha incrementado, y no reducido, sus actividades de enriquecimiento de uranio.
Con todo, varios de los asistentes le hallaron la gracia y aplaudieron a ese y otros de los dichos de Trump durante su intervención en la citada boda.
“Y China, la misma cosa, ellos nunca nos trataron así, correcto?”, comentó Trump.
“Ustedes han visto lo que ha pasado hace unos días, fue terrible y, ah, la frontera no está bien, la frontera es lo peor que se ha visto jamás y lo que ven ahora multiplíquenlo por 10…”, comentó Trump para luego señalar a uno de los asistentes a la boda: “Jim, él es el único que podría manejar la frontera más duramente que yo”.
No es claro quién es el Jim al que Trump hizo alusión y si bien en efecto se ha dado en semanas recientes una crisis en la frontera sur por la gran cantidad de familias y de menores migrantes que cruzan solos que han entrado al país y la insuficiencia de la infraestructura para albergarlos, ha de señalarse que el gobierno de Biden levantó algunas de las crueles e inhumanas políticas antiinmigrantes del pasado gobierno.
“Qué es lo que pasa con los niños [migrantes], viven en la miseria, como nunca nadie ha visto, nunca había habido nada como eso, y ustedes van a tener cientos, ya sucede ahora, ellos tienen las fotos aéreas… y esas cosas muestran miles y miles de personas viniendo desde Sudamérica y va a ser, ya es, un desastre”, dijo Trump con enorme vaguedad y un poco de incoherencia.
No es claro si las condiciones a las que se refería Trump de los menores migrantes son las que enfrentan en sus lugares de origen, durante su travesía hasta la frontera de EEUU o las de su detención una vez que cruzan, pero en todo caso el expresidente fue quien emprendió una ruda política de estigmatización, separación de familias y reclusión de menores que provocó indignación a escala internacional.
“Es un desastre humanitario desde su posición y va a destruir el país, y francamente, el país no puede permitírselo porque están hablando de cantidades increíblemente masivas [de migrantes]. Nuestros sistemas escolares, de hospitales, todo”, siguió Trump con tintes xenófobos.
“Es algo duro y yo solo digo, ¿me echan de menos”, dijo el expresidente, suscitando aplausos y vítores de la concurrencia, al parecer compuesta con una cantidad importante de sus simpatizantes.
“Logramos 75 millones de votos, nadie había logrado eso… Ellos decían: ‘logre 66 millones, señor, y la elección está decidida’. Logramos 75 millones pero…, ustedes vieron lo que pasó. A las 10:30 de la noche, de repente yo dije, ‘esto es algo extraño, ¿por qué están cerrando ciertos lugares, correcto?”, dijo Trump nuevamente de modo poco claro, pero reincidiendo en la falsa noción de que se le habría robado la elección. Trump en efecto sumó casi 75 millones de votos, pero Biden superó los 81 millones y logró la mayoría en el Colegio Electoral.
Luego de su alocución, que pareció un episodio de comedia del absurdo o una suerte de charla frente al espejo para darse palmaditas en la espalda a sí mismo, finalmente Trump dedicó unos segundos a la pareja: “Ahora, muchas cosas pasan ahora. Yo solo quiero decir que es un honor estar aquí, es un honor tenerlos en Mar-a-Lago, son una gran y bella pareja, diviértanse”.
Quizá ahora, para quien lo tolere y pueda pagarlo, el paquete de un banquete en Mar-a-Lago puede incluir una admonición trumpista con un menú de agravios, reproches y distorsiones a criterio del expresidente.