No obstante que la Zona Arqueológica de Xochicalco, en Morelos, ha sido explorada desde el siglo XIX, hasta los años 80 y 90 del siglo pasado, las iniciativas habían sido aisladas. Fue hasta las citadas décadas cuando proyectos intensivos de investigación desarrollados en la urbe, derivaron en la necesidad de crear un museo de sitio el cual, este 2021, cumple 25 años de su apertura al público.
A fin de conmemorar este aniversario, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Centro INAH Morelos, en conjunto con el Instituto Morelense de Radio y Televisión, realizó un conversatorio virtual en el que participaron los investigadores que elaboraron el guión museográfico del citado recinto.
En la transmisión, enmarcada en “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura, los arqueólogos del Centro INAH Morelos, Giselle Canto Aguilar y Mario Córdova Tello, evocaron la época de construcción del museo y las intensivas temporadas de exploraciones arqueológicas efectuadas entre 1992 y 1994, bajo la supervisión del arqueólogo Norberto González Crespo.
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“La intención para indagar en lo que, a los ojos de muchos de los habitantes de la región, eran solamente ‘cerros’, fue mostrar la complejidad urbanística que alcanzó la antigua ciudad entre los años 700 y 900 de nuestra era”, refirió Giselle Canto al indicar que, a fin de que los visitantes tuvieran una noción clara acerca de cómo lucía la urbe, se consolidó una parte de la capital xochicalca, que incluyó las habitaciones de los artesanos y trabajadores, hasta los aposentos de los sacerdotes y los templos de las deidades principales.
De modo similar, agregó, fue pensado el recorrido del museo de sitio, el cual brinda al espectador un paseo por los elementos naturales, de flora y fauna, de la región, así como un acercamiento a la vida cotidiana de la ciudad prehispánica: qué se comía o cuáles prendas se usaban.
Al evocar los años de investigación y construcción del museo, Mario Córdova destacó el esfuerzo que significó para el equipo de ocho arqueólogos, coordinar a aproximadamente 300 trabajadores de las comunidades aledañas, durante los trabajos de exploración, consolidación y adaptación de la zona arqueológica para la vista pública.
El trabajo hecho fue tan significativo que valió para la declaratoria de Xochicalco como Patrimonio Mundial, otorgada en 1999 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. “Queda mucho por indagar en la ciudad prehispánica”, la cual, incluso, solo muestra al visitante su última etapa constructiva, dado que muchos de los antiguos monumentos cuentan con subestructuras, finalizó.