La paloma y el lobo, ópera prima de Carlos Lenin fue de las películas más celebradas en la edición 17 del Festival Internacional de Cine de Morelia, en la primera edición del Festival Internacional de Cine en Tulum y en el pasado FICUNAM; una cinta que cuenta con todos los elementos para emprender un periplo exitoso en la deprimida cartelera comercial de cine mexicano; pero la fatalidad se cernió sobre ella y emergencia sanitaria impidió su desarrollo natural. Esta semana, después de año y medio, la vigorosa cinta sale a la luz para satisfacer el exigente gusto del público mexicano.

Carlos Lenin informa en charla reciente con La Jornada qué ha pasado con su película: “Hemos aprendido a adaptarnos a esta nueva realidad de promoción y distribución de la película. De entrada el problema más fuerte fue que se retrasó el estreno comercial, lo teníamos proyectado en mayo o junio de 2020 pero hasta esta semana se pudo estrenar. Me emociona mucho el estreno, de compartirlo con el público. Tenemos que aprender mucho de esta experiencia y trazar caminos de exhibición para futuros proyectos. Mientras a disfrutar este estreno”.

La paloma y el lobo, los caminos de el albañil Lobo (Armando Hernández) y la obrera Paloma (Paloma Petra) se intersectan para iniciar una historia juntos en un contexto de violencia generalizada de la cual no pueden abstraerse. Así que su encuentro se da en la normalización de la violencia, el narcotráfico, las relaciones bruscas, abusos de poder.

En la charla que La Jornada sostuvo a propósito de el estreno de la cinta, también participó la actriz y productora Paloma Petra, protagonista de la cinta, ella dice: “La cinta se estrena en este momento porque decidimos con la distribuidora esperar a estrenar en salas y no hacerlo únicamente en streaming; porque creemos que La paloma y el lobo tiene que ser vista en salas, en pantalla grande, que la experiencia inmersiva que te ofrece una sala y la mezcla de sonido THX, todo la experiencia, nos emociona que el público la disfrute por una vez como fue concebida aunque sea un ratito. Ya después que llegue a otras plataformas”.

Acerca de la reflexión que ha emprendido Lenin sobre su película en época de pandemia, nos menciona: “He pensado mucho en la La paloma y el lobo, lo que he encontrado, a lo que me han llevado, es a imaginar más películas posibles, he repensados estas imágenes, he recordado mucho las palabras del maestro Jorge Ayala Blanco cuando nos decía que como cineastas nos debemos de hacer conscientes de nuestros errores y aciertos. Lo que me he llevado de La paloma y el lobo, es que como pareja creativa con Paloma, es que sí estamos buscando cierto tipo de imágenes, cierto tipo de construcciones visuales que genuinamente tienen que ver conmigo; las hice sin intentar complacer sino compartir mi estado de ánimo y el momento político a través de la realidad que estamos viviendo pero utilizando la cámara, la luz y el sonido, más allá de poner en pantalla un personaje a decir lo que yo pienso. En esa búsqueda genuina estoy, tratando de encontrar imágenes que tiene que ver con mi realidad, con mis contradicciones como mexicano y las luchas sociales que percibo”.

Esparciendo su respuesta Carlos Lenin dice que él hace cine no hay momento para aburrirse “el cine es un juego, aunque nuestra película tenga este carácter antisolemne, así me sentía en ese momento. Digamos que estuve jugando a estar triste con mis amigos. El cine implica explorar, aprender, arriesgarse y equivocarse”.

Cabe señalar que durante la pandemia también Carlos Lenin y Paloma Petra, hicieron el cortometraje El sueño más largo que recuerdo, que también vio la la luz el pasado enero en el Festival Internacional de Cine Independiente de Sundance; Lenin dice que este trabajo fue: “Plasmar el momento en que vivimos, me interesaba desde hace un rato plasmar un cuento, un relato cinematográfico que tuviese que ver con la realidad de las desapariciones forzadas en nuestro país. La forma en que quería aproximarme de una forma íntima, lírico y cotidiano, para tratar de abonar otra perspectiva, otra aproximación a u tema complejo y doloroso. Y surgió con las conversaciones que tuve con distintas personas que han sufrido esta pérdida”.

Prosiguiendo Lenin desperdiga: “El título El sueño más largo que recuerdo, proviene de cuando viví con familias de desaparecidos que me recibieron y platicando con una niña en el desayuno, le pregunté si una vez había soñado con su papá; ella me respondió: ‘ese es el sueño más largo que recuerdo es que por más que me esfuerzo nunca puedo escuchar la voz de mi papá’. En este cortometraje yo quería compartir esa proximidad, esta cercanía para que la memoria persista y permanezca”.

La paloma y el lobo se exhibe en salas de Cinépolis, consulte cartelera.

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