La Fiscalía General de la República de México (FGR) informó este jueves sobre la detención con fines de extradición de Florian Tudor, el presunto líder de la mafia rumana que habría robado más de 1,000 millones de dólares de cajeros automáticos instalados en importantes destinos turísticos de México.
Durante el proceso de detención de Tudor, un agente del Ministerio Público Federal intentó obstaculizar la aprehensión, mientras que el defensor del ciudadano rumano agredió al personal de la Policía Federal Ministerial, según detalló la FGR en un comunicado de prensa.
Un juez de control del Reclusorio Norte de Ciudad de México solicitó el arresto de Tudor para proceder a su extradición a Rumania, en donde está acusado de los delitos de delincuencia organizada, extorsión y tentativa de homicidio agravado.
Te puede interesar: Cofepris aprueba vacuna contra COVID-19 de Johnson & Johnson
Mafia rumana
Las autoridades rumanas y mexicanas señalan a Tudor como el líder de una mafia que inició sus operaciones en 2014, cuando una empresa fachada firmó un contrato con el banco Multiva para instalar cajeros automáticos en los destinos turísticos de Cancún (Quintana Roo), Sayulita (Nayarit), Puerto Vallarta (Jalisco) y Tijuana (Baja California).
Unos 100 cajeros de la marca Intacash fueron instalados en la Riviera Maya para robar los datos de las tarjetas bancarias y retirar el dinero, según una investigación de Quinto Elemento Lab, Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, Rise Project y el Proyecto de Denuncia de Corrupción y Crimen Organizado (OCCRP, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con un exintegrante del grupo criminal, que testificó ante la Fiscalía de Rumania, operaron alrededor de 100 cajeros automáticos con chips instalados en ellos.
En cada cajero, copiaban los datos de unas 1,000 tarjetas al mes y hacían retiros por 200 dólares en cada una. En total, robaban unos “20 millones de dólares” al mes, según declaró el testigo.
La mafia rumana obtenía anualmente unos 240 millones de dólares. Desde el inicio de operaciones hasta mediados de 2019, el grupo pudo haber obtenido 1,200 millones de dólares, según la citada investigación.
Para lavar el dinero robado, el grupo criminal tenía empresas fachada dedicadas a la compra de bienes raíces en México y Rumania.