Las autoridades haitianas han informado sobre la captura de 19 mercenarios presuntamente involucrados en el asesinato del presidente Jovenel Moïse, ocurrido la madrugada del pasado miércoles, cuando un comando armado ingresó a su vivienda privada, ubicada en el barrio de Pelerin de Puerto Príncipe.

Entre estas personas, que actualmente se encuentran bajo custodia y están declarando ante las autoridades, al menos 17 serían de nacionalidad colombiana y dos son estadounidenses-haitianos.

Hasta ahora, entre los detenidos, se han identificado a Duberney Capador Giraldo, Alejandro Rivera García, Albeiro Pineda, Manuel Antonio Grosso, Jhon Jairo Ramírez, Alejandro Giraldo, Jhon Suarez, Germán Rivera García, Franco Castañeda, Ángel Yance Sierra, Carlos Guerrero, Francisco Eladio Uribe y Enelber Vargas.

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El Gobierno haitiano está en la búsqueda de otras seis personas que habrían participado en el magnicidio, mientras que otros tres hombres fueron abatidos.

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Del grupo de detenidos, al menos 15 de ellos tenían entrenamiento en armas sofisticadas y capacitación en labores de inteligencia porque “habrían pertenecido al Ejército Nacional” de Colombia, según informó hoy el Director General de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas Valencia.

El de Francisco Eladio Uribe es uno de los nombres más sonados. Según el diario colombiano El Espectador, fue un hombre que ingresó a las filas del Ejército en el año 2000, tuvo un pleito por su sueldo, se retiró en 2019 y actualmente es investigado por un caso de ‘falsos positivos’ —asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado— en 2008.

Sobre Manuel Antonio Grosso también ha trascendido información en la prensa colombiana. Se trataría de un paracaidista y miembro de las fuerzas especiales antiguerrilla, quien publicó fotos en sus redes sociales recientemente desde República Dominicana, desde donde se habría trasladado a Haití para participar en el ataque armado.

“Estamos verificando su actividad (…) Ya no son [miembros de la institución]. De estas personas que nos pidieron, no hemos encontrado ninguna vinculación activa con el Ejército nacional”, dijo Vargas en una conferencia de prensa.

El general informó, además, que investigan a cuatro empresas presuntamente vinculadas al reclutamiento de los militares en retiro del Ejército. Aparentemente, esas compañías estarían “alrededor de la agrupación de ellos para el viaje”, indicó Vargas.

‘Operación Gedeón’ en Venezuela

La participación de estos mercenarios en Haití trae al debate la participación de colombianos —también junto a estadounidenses— en otras incursiones armadas, tanto en Latinoamérica como fuera de ella.

El caso más reciente, antes del asesinato de Moïse, fue la fallida ‘Operación Gedeón’ en Venezuela, una incursión armada, ejecutada el 3 de mayo de 2020, de un grupo de hombres sobre la costa centro-norte del país suramericano, con el objetivo de secuestrar y asesinar al presidente Nicolás Maduro.

De acuerdo con la Fiscalía colombiana, la fallida operación se planeó en Bogotá, donde se conformaron grupos de 20 hombres, liderados por desertores del ejército y prófugos de la justicia venezolana, que fueron asesorados y entrenados en campamentos en Colombia por agentes estadounidenses, concretamente los exboinas verdes Jordan Goudreau, Airan Berry y Luke Alexander Denmam.

La operación fracasó luego que las autoridades venezolanas detectaran la incursión marítima de los mercenarios en las costas de los estados La Guaira y Aragua, proceso en el que se dieron de baja a varios de los asaltantes.
Fuera de América

Fuera de la región, mercenarios colombianos han estado involucrados en casos en Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Irak y Afganistán.

De acuerdo con información del diario colombiano El Tiempo, desde 2005, muchos militares que habían sido entrenados en EE.UU. dentro del ‘Plan Colombia’ pidieron su baja y luego se conoció que viajaban a Medio Oriente para trabajar, contratados por empresas de seguridad estadounidenses.

En noviembre de 2015, The New York Times publicó un artículo en el que se informaba que Emiratos Árabes Unidos había enviado en secreto a mercenarios colombianos a Yemen “para luchar en el violento conflicto de ese país”.
La motivación

En la conferencia de prensa de este viernes, el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Luis Fernando Navarro, dijo que el Ejército no efectúa seguimiento de lo que hacen los militares en retiro y que “no hay ninguna norma que impida” que se incorporen a actividades armadas en otro país.

No obstante, decidió enviar un mensaje a los uniformados que se dan de baja del Ejército: “Que sea esta la oportunidad para hacer un llamado a los hombres de las fuerzas militares en retiro que hay que honrar el juramento a la bandera (…) y que buscar una opción diferente es estar al margen de la ley y contra lo cual no habrá ningún tipo de tolerancia ni contemplación”, insistió Navarro.

En entrevista para RCN, publicada en mayo de 2020, Jhon Díaz, quien estaba en ese momento al servicio de una empresa extranjera contratista de servicios de defensa, dijo que la principal motivación para armarse y prestar los servicios como mercenario es “la parte económica”, porque “esto es un negocio y todo depende de la organización en donde uno esté trabajando”.

“Todas estas empresas ofrecen diferentes productos y entre más alto sea el riesgo, más costoso es el servicio”, enfatizó el entrevistado. Este viernes, el propio comandante de las Fuerzas Militares de Colombia reconoció la existencia de las prácticas: “[Los uniformados] son reclutados y hay una cantidad importante de militares colombianos, por ejemplo, en Dubái”.

“Las motivaciones –recalcó Navarro– en el mercado mercenario (…) son netamente económicas. Es lo que presumimos nosotros y es lo que hemos podido verificar hasta el momento”.

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