Las medidas de confinamiento dictadas en atención a la pandemia de coronavirus en distintas regiones de Brasil no lograron contener los asesinatos en ese país, que en 2020 y de acuerdo con el último informe del Anuario Brasileño de Seguridad Pública aumentaron en 4.7 % con respecto al año anterior.
Después de dos años a la baja, se registró un incremento de las muertes violentas en el país, con 50,033 en 12 meses. Se trata de un promedio de 6 homicidios por hora, lo que equivale a uno cada 10 minutos.
Un dato que llama la atención es que el pico más alto de esa violencia se dio en marzo y abril, cuando en el país se adoptaron las medidas más estrictas por el covid-19, pese a lo cual fueron cerca de 4,800 las personas asesinadas cada mes.
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En 2019 habían sido notificados 47,742 crímenes en el gigante suramericano.
El informe fue elaborado en base a datos oficiales de los 27 estados brasileños, de los cuales 16 reflejaron un incremento en la cantidad de muertes violentas. Ceará, entidad del noreste, arrojó la tasa más alta de todo el país, con un aumento de 76 % y 45.2 asesinatos por cada 100,000 habitantes.
Como contrapartida, Río de Janeiro redujo en 2020 los homicidios a 1,245, tras haber registrado 1,814 víctimas fatales en 2019.
Del mismo reporte surge que 91.3 % de las víctimas fueron del sexo masculino, 76.2 % fueron negros y 54.3 % eran jóvenes de entre 18 y 24 años de edad.
Asimismo, de 3,913 asesinatos cometidos contra mujeres, 1,350 casos fueron calificados como feminicidio, mientras que en la comunidad LGTBI hubo un incremento de muertes violentas de 24.7 % (pasaron de 97 en 2019 a 121 el año pasado).
Del total de homicidios, 6,416 fueron adjudicados a las fuerzas de seguridad, un aumento de 1 % con respecto a 2019 y la mayor cifra desde que el Fórum Brasileño de Seguridad Pública lleva el consiguiente registro, iniciado en 2013.