La noche del viernes pasado el subprocurador de protección ambiental de Veracruz sufrió un atentado a balazos en la Avenida Xalapa en la zona de florerías cercana al cementerio. Ernesto Cuevas Hernández, conocido con el sobrenombre de “El Gallo Bolo”, antes de ocupar ese cargo había sido alcalde de Juchique de Ferrer y diputado local por Misantla.
Sobre el estado de salud del funcionario atacado, las autoridades estatales han dicho que no permitirán otros hechos de esa naturaleza, y que el servidor público se encuentra delicado en el hospital. También afirman que ya hay varias líneas de investigación.
Pero lo que está llamando la atención a la sociedad, más que la preocupación natural por la vida del convaleciente, es el hecho notorio de que a raíz del incidente delictivo, se detonaran en las redes sociales una serie de menciones respecto a irregularidades y actos de corrupción en el manejo de la Procuraduría de Medio Ambiente del Estado, aspectos que han trascendido insistentemente desde el nombramiento de Sergio Rodríguez Cortés al frente de esa instancia.
Respecto a Ernesto Cuevas, las menciones sobre su persona indican que, en su carácter de subprocurador, el colaborador ha funcionado como el operador principal de Rodríguez Cortés en un amplio listado de manejos opacos y tergiversando las leyes y reglamentos, cobrando altas sumas de dinero para resolver los problemas y aprobar obras o proyectos de inversión.
Uno de los últimos casos que han provocado fuertes pérdidas económicas a inversionistas, proveedores y trabajadores, y donde extrañamente se evalúan de nueva cuenta aspectos ambientales y de permisos o autorizaciones de uso de suelo de gobierno estatal y municipal expedidos con antelación, es el relativo a la elevada construcción de una torre de varios pisos ubicada cerca del Faro Venustiano Carranza en la ciudad de Veracruz, cuya cancelación fue sugerida por el propio presidente de la república, al argumentar razones de contaminación visual. La torre se encuentra detenida en obra negra, pero su mayor avance se dio justo en estos meses de administración cuitlahuista y de la 4T.
Sin embargo, no son de ahora las observaciones y cuestionamientos contra la procuraduría ambiental. El 16 de febrero del año pasado en el editorial SERGIO RODRÍGUEZ: UN SEXENIO PARA PROCURARSE EL AMBIENTE, este portal informativo señaló lo siguiente:
“La preservación de los recursos naturales y el equilibrio ecológico caen en zona oscura a causa de una serie de negocios y componendas orquestadas por el procurador estatal de medio ambiente, posición otorgada como generosa concesión económica a Sergio Rodríguez Cortés”.
“Poco ha hecho por los recursos naturales, pero mucho en metálico para su hacienda ha conseguido en catorce meses, gracias a la falta de supervisión del jefe y a las inestables y laxas condiciones políticas y jurídicas del régimen”.
“El audaz servidor público se ha metido incluso con empresarios inmobiliarios y productores agropecuarios, deteniendo sus proyectos o cambiándolos con apoyo de “expertos” de su cuadra, so pena de clausurarlos o multarlos. Casos de fraccionamientos intervenidos, aparecen en la zona de Boca del Río, Veracruz, Emiliano Zapata y Xalapa, entre otros.
“Por esta clase de atropellos y abusos, es probable que diversos actores políticos y empresariales acudan a otras instancias a exhibir al funcionario que, por otro lado, se jacta de contar con protección del más alto nivel morenista”.
El problema para las autoridades policiacas y de la justicia es que el procurador ambiental se convirtió en ave de las tempestades, y que quizá arrastró a varios de sus colaboradores en ese mal ambiente, como el caso del subprocurador herido, que por si no faltara, también tiene sus propias enemistades y malquerientes.
Para buscar la tranquilidad de todos, tal vez ha llegado el momento de que el equipo de Sergio y Ernesto deje de representar el utilísimo papel de estratégica torre del ajedrez cuitlahuista, que evidentemente cumplen y que no pocos sospechan desde hace rato. Por lo ocurrido, o por lo que puede venir, bien pudieran ser los últimos días de Sergio al frente de su fructífera PMA.
Como que es demasiado bombardeo a esa torre.