Funcionarios federales de EE.UU. declararon una grave escasez de agua en el lago Mead, el embalse más grande del país, que provee a decenas de millones de residentes de varios estados de la unión y también del norte de México, en medio de una sequía histórica en la región.
La Oficina de Reclamación de EE. UU. señaló este lunes en un comunicado que se trata de la primera escasez de “nivel 1” en la cuenca baja del río Colorado, lo que provocará una reducción obligatoria en el suministro del líquido en 2022. Actualmente el almacenamiento total de agua en el sistema del río Colorado está al 40 % de su capacidad, frente al 49 % de hace un año.
Las proyecciones establecen que a partir del próximo año Arizona recibirá aproximadamente 18 % menos agua de ese origen que en un año normal. Así mismo, la asignación de agua de Nevada se reducirá en cerca de 7 % y la de México en torno a un 5 %.
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Con estos cortes, las autoridades buscan garantizar que el embalse, formado en la década de 1930 con la construcción de la presa Hoover, recupere su nivel como para seguir generando energía eléctrica.
Efectos del cambio climático
“Estamos viendo los efectos del cambio climático en la cuenca del río Colorado, a través de sequías prolongadas, temperaturas extremas, incendios forestales expansivos y, en algunos lugares, inundaciones y deslizamientos de tierra. Y ahora es el momento de tomar medidas para responder a todo ello”, declaró la subsecretaria de Agua y Ciencia, Tanya Trujillo.
Los niveles de agua en el lago Mead y el lago Powell, los dos embalses más grandes del río Colorado, han estado cayendo durante años, incluso más rápido de lo previsto por los expertos. Las temperaturas abrasadoras y la menor cantidad de nieve que se derrite en primavera han reducido el caudal de los afluentes que se originan en las Montañas Rocosas, recoge AP.
En 2019, como parte de un plan de contingencia para hacer frente a la sequía, México, junto con los estados de Arizona, Nevada y California, acordaron ceder partes de su agua para mantener los niveles del lago Mead. Sin embargo, las medidas voluntarias no fueron suficientes para evitar la declaración de escasez.
El fenómeno afectará principalmente a los agricultores del estado de Arizona. Y eventualmente los habitantes de las grandes ciudades, e incluso actividades industriales, podrían verse afectados por la escasez. Dado que es probable que los patrones climáticos empeoren, los expertos creen que el embalse posiblemente nunca vuelva a estar lleno.