En la construcción de la refinería de Dos Bocas, miles de trabajadores acusan la violación sistemática de la Ley Federal del Trabajo, la imposición de cuotas legales e ilegales, la afiliación gremial obligada y el maltrato de las empresas que los contratan.
Los trabajadores aseguran estar sometidos por los sindicatos y abandonados por las autoridades en una de las obras emblema del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El segundo paro laboral del año de trabajadores contratados por ICA Fluor, ocurrido el pasado 13 y 14 de octubre, es la punta del iceberg de la dura realidad que viven quienes construyen la refinería de Dos Bocas, en Tabasco.
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El paro fue desactivado, pero las demandas laborales no han sido resueltas y tampoco existen promesas sobre un cambio en las condiciones de miles de obreros que, además de pedir respeto a sus derechos, exigen lo básico: ocho horas laborales, una hora para comer, apoyo para transporte y vivienda, uniformes y zapatos de trabajo.