La historia se repite. México reclamó una vez más su patrimonio histórico hasta el último momento, pero los esfuerzos por frenar el miércoles la subasta de la casa Christie’s en Francia no dieron resultado. Ni la carta enviada a la casa de subastas, el comunicado emitido por la Embajada mexicana en Francia o la campaña a través de las redes sociales con el ‘hashtag’ #MiPatrimonioNoSeVende evitaron el evento.
La firma británica recaudó el miércoles 3,5 millones de dólares con objetos prehispánicos. De las 97 piezas ofertadas, 72 pertenecían a México.
En la subasta, que llevó como título ‘Arte Precolombino y obras maestras taínas de la colección de artes Fiore’, la firma consiguió vender un total de 33 piezas de las culturas maya y olmeca, entre otras.
Uno de los objetos más valorados fue un hacha maya fabricada entre los años 550 y 950, que se vendió en unos 793.000 dólares. En su catálogo, Christie’s la describe como una “escultura tallada de un dignatario barbado con la cabeza pronunciadamente hacia atrás y luchando con una serpiente de cascabel sinuosa y mítica”. Otra de las piezas subastadas fue un pendiente olmeca de 16,2 centímetros y adquirido por unos 186.00 dólares.
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“Son un bien invaluable que representa a las culturas de México y su larga historia como fuente de diversidad e identidad nacional”, comentó la secretaria mexicana de Cultura, Alejandra Fausto, quien antes del evento apeló a la “ética” de los posibles compradores para que desistiesen de la compra.
En la mayoría de los casos, se desconoce cómo llegaron las piezas a Europa, pero sí que han formado parte de coleccionistas privados y han sido expuestas en museos.
El Gobierno mexicano insiste en que al comercializarlas como objetos de arte, las piezas se sacan de su contexto, “lo que anula su valor como elementos para explicar la historia y cosmogonía de las civilizaciones que las elaboraron”.
Asimismo, asegura que “al entregarse a colecciones privadas, se impide la socialización del conocimiento histórico que aporta cada una de ellas”.
“Redes clandestinas”
También recuerda que “quienes facilitan su comercio y son parte de él, incurren en actos ilícitos de diversa índole” y que “implican redes clandestinas de distribución y tráfico”.
“Ocurre por medio de una compleja red que comúnmente inicia con excavaciones clandestinas, continúa con el movimiento ilegal a través de fronteras internacionales y se concreta mediante una compra-venta amparada por la discreción del mercado negro, para finalmente buscar ser ‘legalizadas’ en subastas públicas”, comenta el Gobierno de México en un comunicado.
La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, de 1972, establece que los bienes arqueológicos mexicanos son inalienables, imprescriptibles e inembargables, por lo que se encuentran fuera de cualquier acto de comercio.
A las quejas de México por la subasta de Christie’s se unieron las embajadas de Colombia, Guatemala, Perú y Honduras y por medio de un comunicado conjunto rechazaron el tráfico y venta de objetos y arte nativa de estos países.
Otras subastas
Este mismo mes, el Gobierno mexicano lanzó una queja formal ante las autoridades francesas por la comercialización de piezas arqueológicas en la casa de ventas parisina Artcurial, que finalmente se celebró y cerró con unas ventas que superaron los 923.000 dólares.
El pasado mes de febrero, la casa Christie’s recaudó tres millones de dólares por 33 piezas de arte prehispánico a pesar de los esfuerzos de las autoridades mexicanas por impedirlo.
En el último año, el país latinoamericano ha reabierto el debate político sobre el patrimonio cultural de los pueblos de América Latina, que ha sido expoliado, traficado o saqueado especialmente por EE.UU. y Europa. Según datos oficiales, desde 2018, se han repatriado 5.746 bienes que se encontraban en el extranjero.
“México está librando una batalla para que se entienda que el patrimonio no es un artículo de lujo, no se puede adquirir en una subasta, el patrimonio cultural no tiene precio”, destacó en septiembre la secretaria de Cultura durante los actos de conmemoración de los 200 años de la independencia del país.