Los vinos de la Ribera del Duero, una de las regiones vitivinícolas más importantes de España y el mundo, llevan el sello de Denominación de Origen y provienen de una uva extraordinaria y de enorme valor: La Tempranillo.
Un vino único no surge de la casualidad. Un vino con alma es consecuencia de la tierra y clima, del esfuerzo riguroso y paciente de viticultores y bodegueros. Su elaboración se logra sin prisa ni atajos. Solo de esta manera es posible alcanzar un resultado excepcional.
Ribera del Duero cuenta con un suelo y clima de extraordinarias características sobre el que arraiga una uva de magnífica calidad: de pequeño tamaño, piel gruesa y maduración perfecta, lenta y tardía. Esto lo convierte en una de las regiones vitivinícolas más importantes de España y el mundo, debido a sus altos estándares de calidad, la tradición que los respalda y la experiencia de más de 2,500 años elaborando vino.
En la actualidad, más de 300 bodegas con sus más de 2,300 marcas llevan el sello Denominación de Origen (D.O.) Ribera del Duero, que surgió tras la iniciativa de una serie de viticultores y bodegueros preocupados por impulsar los viñedos y salvaguardar la calidad de los vinos de esta zona.
Sus vinos se agrupan en tintos, desde los jóvenes con elevada carga frutal y buen paso de boca, a los elegantes y potentes vinos de guarda (Crianzas, Cosechas, Reservas y Grandes Reservas), que destacan por su complejidad aromática, potencia y equilibrio en boca. En rosados, afrutados y refrescantes. Y blancos, vinos jóvenes, frescos, afrutados, con buena acidez, que aportan aromas más complejos al envejecer en barrica y botella.
La responsabilidad de mantener y mejorar los estándares lleva a esta gran región vitivinícola a seguir con esmero los procesos tradicionales que tan admirable resultado han dado a lo largo de generaciones, pero también a mirar hacia el futuro, adoptando la tecnología más innovadora para situarse a la vanguardia.
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Cata de un vino Ribera del Duero
Cada botella de Ribera del Duero es exclusiva. Su interior alberga un vino inimitable que ha superado rigurosos controles antes de llegar a los consumidores. La cata de un vino de esta inigualable región se divide en 3 fases:
1. Visual: analizar los colores del vino, de preferencia sobre un fondo blanco.
2. Olfativa: se logra con la copa quieta, posteriormente se mueve la copa de manera circular, esto sirve para que la carga aromática se multiplique y todos los aromas en copa quieta sean más fáciles de identificar y apreciar.
3. Gustativa: se prueba el vino y se degusta la fruta, la acidez y todos estos matices que anteriormente se percibieron en nariz; congruencia y equilibrio en nariz y boca.
Cualidades por contraetiqueta
Cerca de 8,000 viticultores y más de 300 bodegueros trabajan 23,360 hectáreas, divididas en 60,219 parcelas distribuidas en 118 unidades poblacionales de Burgos, Segovia, Soria y Valladolid.
Son producciones bajas y enormemente mimadas. Se realiza un intenso trabajo de poda y aclareo buscando un bajo rendimiento de la viña, en aras de una uva de excelente calidad. Así han producido en los últimos 10 años una media de 4,380 kilos por hectárea, muy por debajo de los 7,000 que admite la normativa.
El 23% de los viñedos supera los 50 años. Un 10%, los 80 años. El 80% de la vendimia es a mano. Todas son cifras ideales para obtener un vino de gran calidad.
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero avala con su sello y una contraetiqueta numerada la autenticidad y calidad de los vinos. Estos distintivos permiten garantizar, de la forma más segura y fiable, su producción y comercialización.
Únicas e infalsificables, cada contraetiqueta de la Denominación de Origen Ribera del Duero aporta una serie de medidas de seguridad que hacen prácticamente imposible una reproducción ilícita de la misma.
Existen cuatro etiquetas diferenciadas mediante un código de color para cada tipo de envejicimiento. Los vinos se distinguen en:
Crianza
Tintos, envejecimiento mínimo de 24 meses. El tiempo en barrica de roble es de 12 meses. Rosados, claretes y blancos, envejecimiento mínimo de 18 meses. El tiempo en barrica de roble es de 6 meses.
Reserva
Tintos, envejecimiento mínimo de 36 meses. El tiempo en barrica de roble es de 12 meses y el resto del tiempo en botella.
Rosados, claretes y blancos, envejecimiento mínimo de 24 meses. El tiempo en barrica de roble es de 6 meses y el resto del tiempo en botella.
Gran Reserva
Tintos, envejecimiento mínimo de 60 meses. El tiempo en barrica de roble es de 24 meses.
Rosados, claretes y blancos, envejecimiento mínimo de 48 meses. El tiempo en barrica de roble es de 6 meses.
Cosecha
Joven: Sin barrica.
Roble barrica: 3 meses en barrica de roble.
Otros vinos: No se ciñen a los parámetros de menciones tradicionales.
Hay un vino de Ribera del Duero para todos los gustos y ocasiones, te invitamos a descubrir cuál es tu favorito.