Aunque no es algo que suela expresarse abiertamente, el racismo en México existe y se ve reflejado en diversos gestos que se siguen reproduciendo todos los días en la manera en que interactúa la sociedad mexicana. Es una historia que comenzó con la conquista española del territorio ocupado por las culturas mesoamericanas, y que derivó en un sistema que privilegiaba, y sigue privilegiando, lo europeo sobre lo indígena.
“Creo que hoy es momento de reconfigurar eso, de cambiar esas narrativas que venimos repitiéndonos desde hace 500 años; que las hemos pasado generación tras generación, no necesariamente diciéndolas, diciéndolas sin decirlas”, manifestó Maya Zapata, invitada de honor del primer Bajío International Film Fest que se celebra en la ciudad de Guanajuato.
“Y sí, ya sé que mucha gente dice: ‘ay, ya, qué cansones, superen la conquista’; y yo digo: ‘claro, ¿cuándo empezamos?’ Pero para poder superar una herida qué hacemos, pues regresamos al momento donde se generó el trauma”, indicó la actriz.
Aquella manera de observar y configurar nuestra sociedad ha permeado en la cinematografía y en los medios de comunicación mexicanos prácticamente desde sus orígenes. “Los personajes son lo que hacen, no lo que dicen, señalamos en la industria; las personas también”, precisó la actriz durante la conferencia magistral titulada “Poder Prieto”.
Maya Zapata, quien desde que tenía seis años se dedica a la actuación, se enamoró del cine por ver en éste un espacio de múltiples posibilidades. Y aunque se daba cuenta de su color de piel y sus rasgos la hacían destacar, por ser distinta a los de otros niños actores, la mirada infantil de Maya no le permitía entonces terminar de entender un entorno en el que siempre había contado con su madre para protegerla.
Sin embargo, al crecer comenzó a darse cuenta de que sus posibilidades en la industria estaban determinadas. Mientras que algunos de sus contemporáneos, como Diego Luna, Gael García o Ludwika Paleta, eran requeridos para representar papeles de muy diversos perfiles, ella tenía que interpretar a personajes de una clase social específica, un contexto violento y una vida dolorosa. Con el tiempo y la madurez, Zapata quiso demostrar que esa manera de representar a la gente morena estaba equivocada y que era dañina.
“No es normal que en la televisión no haya mayoría morena, cuando en este país somos muchos; que cuando sale una protagonista prieta le tiremos hate, en lugar de amor y le aplaudamos. No es normal que estemos acostumbrados, e incluso que nuestro inconsciente pida gente blanca en la televisión o en marcas, o en todos lados. No es normal que nos hayan dicho que está bien tratar de parecernos a lo blanco”, criticó.
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También señaló que el racismo en México suele ser un tema que genera rechazo en muchos porque “implica recordar un dolor que no queremos reconocer”. De acuerdo con Zapata, ese racismo no siempre es reproducido por personas de piel clara, “no necesariamente necesitas tener un color claro de piel para tener una mente blanca. La ‘blanquitud’ es tener y adoptar una mente blanca; es decir, cómo te blanqueas: con la ropa, con la forma de actuar, con la educación, con los gustos, con quién te juntas, por cómo hablas, de aquellos con los que no te juntas”, explicó.
La manera en que la “blanquitud” es promovida en México proviene del hecho de festejar aspectos que se asocian con lo europeo: el buen gusto, la inteligencia, los buenos modales, el progreso o la belleza; mientras que a las personas morenas se les atribuyen cualidades negativas: la pobreza, la ignorancia, la violencia, la falta de modales, el mal gusto; que no necesariamente resultan verdaderas en ninguno de los casos.
“Y con esto no quiero decir que antes los mexicas y los pueblos originarios eran mejores o perfectos, el sistema era ideal; claro que no. Sino los españoles no hubieran encontrado aliados tan pronto y tan rápido”, aclaró la actriz, “no es necesario romantizar lo que había antes para entender que lo que pasó después no estuvo bien”.
Maya Zapata forma parte del movimiento Poder Prieto, promovido en redes sociales a raíz de la cancelación del foro “Racismo y/o clasismo en México” que organizaba el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), “lo que queremos, para empezar, es visibilizar esta omisión de las pieles morenas en la industria del entretenimiento, en las narrativas mexicanas, incluidas las noticias”, sostuvo la actriz.
A pesar de tratarse de un problema muy arraigado en la mentalidad de muchas personas, la actriz aclara que su intención tampoco es la de promover la confrontación entre individuos. “Yo no quiero culpar a las personas ni blancas, ni morenas, ni de ningún color u origen, no quiero acusarlos por habernos criado y haber sido socializados en este sistema que rechaza y discrimina a un montón de personas. Responsabilicemos al sistema y entendamos en qué medida somos cómplices de ése y cómo podemos restructurarlo cambiarlo”.