La calidad del aire es uno de los ‘cocos’ que los habitantes de la Ciudad de México experimentamos día a día (incluso aún con la pandemia). Pero, ¿te pusiste a pensar alguna vez qué tantas micropartículas puedes llegar a respirar?

Marina Robles, secretaria del Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México, comentó que las partículas respiradas en una semana equivalen a la tarjeta que utilizas para moverte en el Metro o Metrobús o con la que pagas tus compras, por ejemplo.

“Esa cantidad de plástico circula en el aire, en el agua, en los productos que consumimos”, dijo en su comparecencia ante el Congreso de la CDMX.

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Y esas no son todas las fuentes de contaminación: Robles agregó que una relación (por demás común) es conectar la mala calidad del aire solo con los gases dejados por los automóviles que circulan por la ciudad.

“Mucha de esta contaminación se genera en los hogares, con fugas de gas LP en las casas; con las emisiones de artículos domésticos de limpieza; de mejora arquitectónica, incluso de cosméticos”, detalló.
¿Y qué tan malo es el aire de la CDMX?

En septiembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer ajustes drásticos sobre las pautas para la calidad del global del aire y es que se calcula que la exposición del aire contaminado provoca 7 millones de muertes prematuras y afecta a millones de personas.

La organización también dio a conocer que, este tipo de contaminación, es comparable a otros riesgos para la salud como la dieta no saludable y el tabaquismo.

El cambio en las pautas puso en jaque a la Ciudad de México, ya que si de por si los parámetros utilizados para determinar la calidad del aire nunca han sido demasiado rigurosos, ahora ante los ojos de la OMS estamos “reprobados” según las nuevas normas establecidas.

“Las normas en México son bastante laxas en comparación con las guías internacionales”, afirma Ricardo Torres investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, para el periódico El País.

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