Poliamor, transgénero, bitcóin, obispa, vacunódromo y valemadrismo son algunas de las novedades que figuran desde hoy en la versión digital del Diccionario de la Lengua Española (DLE), que presentó la Real Academia Española (RAE).
La actualización anual del DLE incluye un total de 3, 836 modificaciones, elaboradas en colaboración con las 23 academias de la lengua de América Latina, una cifra muy superior a las 2, 500 de 2020 y las 1,100 del año anterior.
El aumento se debe sobre todo a “la digitalización y tecnificación de la sociedad”, señaló la RAE.
En este campo de las nuevas tecnologías entran voces como webinario, ciberdelincuencia, geolocalizar, bot, ciberacoso, bitcóin y criptomoneda. “Intro”, la tecla del ordenador, ya está aceptada por la RAE, así como “chuche”, acortamiento de chuchería.
Poliamor -“relación erótica y estable entre varias personas con el consentimiento de todas ellas”- es una de las nuevas palabras recogidas en el campo de la sexualidad junto a transgénero (persona que no se siente identificada con su sexo anatómico), cisgénero (persona que se siente identificada con su sexo anatómico) y pansexual (quien siente atracción sexual hacia cualquier individuo u objeto).
La pandemia del coronavirus deja un nutrido léxico, como vacunódromo, nasobuco, cubrecaras, hisopado, y nueva normalidad (situación en que la forma de vida normal o habitual se modifica debido a una crisis o razones excepcionales).
También aparece “burbuja social”, definido como un “grupo reducido de personas que pueden mantener contacto regular entre sí con escaso riesgo o contagio”.
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A triaje se le introduce un nuevo uso: clasificación de los pacientes según su dolencia para establecer el orden en que deben ser atendidos.
En el sector gastronómico entran platos como sanjacobo y cachopo (típico de Asturias) y productos como la quinoa, así como enoturismo.
La voz “tinto” incorpora la acepción “tinto de verano”.
Aparece también la forma mexicana valemadrismo, y su forma compleja “valer madre”, así como sambar (bailar samba) y chuteador (que lanza el balón fuertemente con el pie).
Y entra gentifricación, como “el proceso de renovación de una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, que implica el desplazamiento de su población original por parte de otra de un mayor poder adquisitivo”.
Llega también al diccionario “obispa”, puesto que “en algunas iglesias, como las protestantes, ya ordenan obispas desde hace tiempo”, dijo la directora del DLE, Paz Battaner, en la presentación.
También lo hacen top manta (venta ambulante ilegal de productos generalmente falsificados o de imitación, expuestos en el suelo sobre una manta o algo similar), ojiplático, empanado (alguien despistado, distraído, aturdido o confuso) y disfrutón.