Arqueólogos de distintos países encontraron, en un excavación realizada en el campo de concentración nazi de Sobibor, en el este de Polonia, tres colgantes que pertenecieron a prisioneros judíos asesinados en ese centro de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial.
Los investigadores encontraron dos de estos colgantes en los lugares donde las víctimas del Holocausto de ese centro de exterminio fueron obligadas a desvestirse antes de ser conducidas por los guardias a las cámaras de gas, donde serían asesinadas. El tercero de estos fue hallado cerca de una fosa común en el mismo centro de Sobibor, un lugar donde el régimen nazi asesinó entre 150.000 y 200.000 judíos, de acuerdo con el sitio de noticias israelí Ynet.
Los colgantes encontrados en la excavación en dicho campo de extermino, un trabajo que lleva ya 10 años, tienen características en común. De un lado, exhiben una representación de Moisés con las tablas de la Ley, mientras que del otro se ve una inscripción escrita a mano de la oración ‘Shema Ysrael’ (Escucha, oh Israel). Si bien los motivos en estos accesorios son los mismos, los detalles de cada medalla son diferentes.
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El origen de los colgantes
“Poco se sabe de las historias detrás de los colgantes, que seguramente son desgarradoras. Se pudo identificar un tipo de tradición o moda entre comunidades judías de Europa del Este con este tipo de adornos”, expresó Yaram Haimi, arqueólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), que codirigió la excavación, en un comunicado publicado en la cuenta de Facebook de la entidad el 30 de enero pasado.
Sobre la historia y origen de estos colgantes, los investigadores tienen muchas preguntas. No saben si ellos fueron distribuidos en las sinagogas de las comunidades judías del este europeo o si fueron producidos a pedido de cada persona.
Mientras analizan estas dudas acerca de las piezas halladas en Sobibor, lo que los arqueólogos pudieron dilucidar en sus estudios realizados el año pasado es que los colgantes encontrados tienen origen en diferentes lugares. Uno de ellos proviene de la ciudad de Leópolis, en Ucrania; otro, de la misma Polonia y el tercero, de Checoslovaquia.
“El aspecto personal y humano del descubrimiento de estos colgantes es escalofriante. Representan un hilo grueso que corre entre generaciones de judíos, de miles de años, de oración y fe”, señaló Eli Eskozido, director de la IAA, en el citado comunicado. Además, la IAA invitó a cualquier persona que pueda suministrar información sobre los colgantes, que por favor lo haga.
Shema Ysrael, la oración inscripta en las piezas halladas, es una “afirmación de la singularidad y la realeza de Dios”, de acuerdo con lo que informa la página My Jewish Learning. “Su recitación diaria es considerada por los judíos observantes como un mandamiento bíblico”, añade la página, que informa también que los judíos dicen esa oración como sus últimas palabras antes de la muerte.
El campo de exterminio de Sobibor
Además de la IAA, participaron de la excavación en el campo de concentración arqueólogos de Polonia y de Holanda, con la colaboración de residentes locales de Sobibor, pueblo que le dio nombre al centro del horror nazi, ubicado en el este polaco, en la frontera con Ucrania.
El campo de concentración de Sobibor estuvo en funciones entre abril de 1942 y octubre de 1943. Era uno de los tres lugares que formaban parte de la operación Reinhard, el plan criminal de la SS Nazi para acabar con dos millones de judíos que vivían en Polonia. Los otros dos centros de exterminio eran Belzec y Treblinka.
El 14 de octubre de 1943 la resistencia judía inició un levantamiento en Sobibor, durante el cual pudieron escapar unos 300 hombres. La mayoría de ellos fueron perseguidos y asesinados, pero unos 50 pudieron sobrevivir a la guerra, según informa la Enciclopedia del Holocausto. Tras la revuelta, los nazis asesinaron a todos los prisioneros que no habían escapado y desmantelaron el campo de concentración.