El mundo del deporte en general no podía quedarse al margen de la intervención armada rusa en Ucrania. Y el futbol europeo, con gran eco en la sociedad, era de esperar que alzase su voz en contra de una agresión que tiene más visos de ocupación que de invasión. A las medidas adoptadas por organismos como UEFA de trasladar de a San Petersburgo a París la final de la Liga de Campeones, o de clubes de deshacerse de sus patrocinadores rusos, se han sumado las unánimes muestras de apoyo de clubes, jugadores y aficionados al pueblo ucraniano antes, durante y después de los partidos; y un claro ‘No a la Guerra‘.

Aunque lo que acontece en Ucrania es mucho más importante y grave que lo que pueda acontecer dentro de un verde rectángulo de juego, la jornada europea en lo jugado tuvo varios puntoS de interés. La Copa de la Liga Inglesa es del Liverpool, empieza a funcionar la sociedad Mbappé-Messi, Karim Benzema da oxigeno a un Real Madrid sin brillo y un Nápoles que se repone al mazazo europeo subiendo a lo más alto de la Serie A.

El Liverpool se lleva la copa de la liga en un Wembley que recuerda a Ucrania

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Wembley, uno de los templos del fútbol mundial, fue uno de los estadios lugares que más se volcó este fin de semana con el pueblo ucraniano. Fue durante la final de la Copa de la Liga Inglesa, la tercera competición, en un duelo entre el Chelsea, propiedad del ruso Román Abramóvich y el Liverpool, de un grupo empresarial estadounidense. El estadio se aunó para alzar su voz contra la intervención militar de Rusia en Ucrania. Desde la megafonía se pidió a las aficiones de ambos equipos que dejaran sus diferencias y se unieran en un minuto por Ucrania. Todos se levantaron para aplaudir y el recinto se tornó con el azul y amarillo de la bandera ucraniana.

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